Cuando era pequeño, a veces me ponía a pensar en el año 2000. Me encantaba hacer cábalas sobre como sería yo para entonces, que tipo de vida y trabajo tendría. Quien sería mi mujer y como se llamarían mis hijos. De todas estas cosas albergaba dudas y posibilidades diversas. Pero de una cosa si estaba seguro: yo, en el año 2000, sería mayor.
A todos se nos ha olvidado el año 2000. Y estamos en mayo de 2010, y dentro de tres días es mi cumpleaños y esta vez ya es una edad que la mires por donde la mires ya no es ni de pequeño, ni de joven. Cumplo 38 años, nací en 1972. Ya soy uno de esos que cuando te das de alta en una web y hay un desplegable para rellenar el año, tiene que hacer scroll. Soy uno de esos que sigue saliendo a los bares, pero a las 4 de la mañana piensa "¿seguro que debería estar aquí?".
Y este cumpleaños es especial. Porque analizando todo llego a él sin pareja, sin planes por delante, sin nada en el horizonte especialmente excitante, sin hijos, sin compañeros de piso. Y normalmente yo, que soy un triste, me deprimiría mucho con todo esto.
Pero extrañamente, no es así. Me siento bien, y eso que está lloviendo y el mundo parece muy gris desde esta ventana. Pero es que llego a mi 38 cumpleaños sin cargas, sin problemas, sin dolores, sin achaques y sin neuras (buenoooo, alguna si!!).
Esta mañana me he mirado al espejo y estoy guapo, joven, atractivo y divertido. Asi que este año no voy a organizar ni una fiesta para celebrarlo ni nada de eso. Este año solo voy a salir a tomar unas copas, me emborracharé, bailaré un poco, escucharé música, me reiré con mis amigos y será una buena noche. Y a saber qué mas pasará después, siempre acaba pasando algo interesante. La vida es fluir.
Pero lo que si se es que el domingo cuando abra los ojos, voy a pensar: "tengo 38 años, hace Sol y yo soy feliz". Aunque me duela la cabeza.
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