Al final te puedes partir la cara a ti mismo luchando contra tu imagen en el espejo. Pero nada cambia. Total, ni siquiera hace falta que cambie. Eres quien eres. Aceptate. Mirate bien. Esto eres tu. Así que, abandonado el barco que nos trajo a la isla en la arena, andamos de aquí para allá, perdidos pero no infelices. Porque nada es mas cierto que pase lo que pase, donde pase y como pase, el Sol acaba saliendo por la mañana aunque te joda. Y hay veces que jode mucho.
Lo mejor que uno puede hacer es bailar si la música mola. Y, que diablos, ultimamente no se por qué pero me empieza a molar la música que ponen en este garito que llamo mi vida. Donde todo sucede.
O sea, que si me pongo a llorar y a berrear revolcandome por el suelo, ni puto caso. Ya se me pasará, hermanos.
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