Un buen día te levantas por la mañana y ya no eres el mismo. Te das cuenta de que todo ha terminado. Examinas tu barba, tus ojos, la boca pequeña y apretada....y no ves a la persona que conocías. Así que decides que es el fin de una etapa, que algo nuevo empieza, no necesariamente mejor o peor, simplemente diferente. Quizá te ha empezado a gustar el café mucho mas que antes. Quizá deslizas tus dolores por un tobogán engrasado, hacia un charco de barro.
Dejas atras una parte de tu vida, pero no te sientes demasiado triste, porque por delante tienes el resto.
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