Esta noche, rodeado de amor, de Leonard Cohen, de palabras y de Sol, caigo en la cuenta de que ya son siete años. Me has dado tanto que no podría ni empezar a contarlo. Me escuchas siempre, me buscas y me encuentras. Nuestra relación ya no es la que era, todo cambia con el tiempo y eso nadie lo puede negar. Estuvimos mucho tiempo profundamente enamorados. Me conseguiste magia, me conseguiste fama y me conseguiste amor. Después te he dejado de lado, he vuelto a ti, me he marchado de nuevo. Y tu siempre has seguido ahí, silencioso y expectante disfrazado de hermano mudo.
Esta noche, refugiado en mi alegría mas que en mi dolor, algo que no siempre puedo decir, refugiado en el calor primaveral que me llena de energía, refugiado en la vida que no elegí tal vez, pero ¿quién lo hace?, te encuentro de nuevo un hueco en mi vida. Lo mismo que hice hace siete años. Los fuertes no son los que corren mas, son los que llegan mas lejos.
Y la buena noticia es que los dos seguimos vivos, querido Cielo Vacio.
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