Tuve la inmensa suerte de poder estar allí la noche en que Bruce Springsteen cerró su gira americana con la Sessions Band con este dulce tema cuyo origen se hunde en la noche de los tiempos.
Una húmeda noche en New Jersey, comienzos de verano, rodeado de amigos, recuperado de los tiempos mas duros de mi vida, triste pero no melancólico, tranquilo, soñador. Así me sentía yo. Y despues de una semana de emociones, todo acabó con un pequeño vals que ni era vienés ni lo tocaba una filarmónica. Recuerdo que cuando empezó a sonar, no pude por menos que sonreirle al cielo, a todo el cielo, con especial cariño para una estrella de luz que se que en aquel momento miraba a la Tierra y me veía allí, pequeño, delgado y lejano. Pero me veía. Que a fin de cuentas es lo que importaba. Después, creo que lloré. O no. Da igual.
Y la canción decía así.....
Y ahora caigo en la cuenta de que esta canción está en todas partes. Incluso en Sucedió Una Noche, lo cual a tenor de lo escrito mas arriba me parece absolutamente pertinente. El mundo a veces tiene sentido, supongo.
suena: Bruce Springsteen & The Sessions Band - Man On The Flying Trapeze
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