Sin embargo, entre las cuatro paredes de mi cabeza, me desnudo y me golpeo. Por los errores del pasado, por los del presente, por los del futuro. He tenido que correr como un niño asustado en busca de algun extraño o extraña que me diga que no pasa nada, que soy asi y no pasa nada por ello. Pero si que pasa.
Así que en estos días, revivo o quizá vivo por primera vez el dolor de ver desaparecer por completo a alguien. A veces pienso que de aquello solo quedan mis recuerdos. Lo demás, simple fisico, se ha borrado. Los asesinos caminan en Navidad. Y te has matado la parte de ti que yo conocía. Dudo incluso de si lo soñé. Eres malo, me dices. Y a lo mejor, y te aseguro que siempre sin mala intención, lo he sido unas cuantas veces. Pero cuanto duele ver 900 momentos arrastrados por el suelo. Dices que te quedas con el recuerdo, pero ya ni siquiera me puedes dar un beso y un abrazo cuando me ves retorcerme. Hice muchas cosas mal, pero a veces me pregunto si la penitencia es proporcional al pecado. Me quedo con los recuerdos. Con los buenos. Debo ser un poco tonto.
Y mi dolor tiene colores y olores de tatuaje. Tatuaje de tortugas, claro que si, pero a lo mejor nunca te diste cuenta de que las tortugas viven en el mar, rodeadas de flores....
3 comentarios:
<span>La noche era lenta como los susurros de las tortugas en el mar y el dolor tenía atenazado el final. Mal final para una historia con sabor a rockola y a sangre. Como la de los fugitivos que tienen marcada la tragedia en sus ojos.</span>
<span>No puede ser frío alguien que escribe así.
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<span>Y sigues sin darte cuenta....</span>
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