Creo que me estoy diluyendo, poco a poco.
A veces me pregunto para qué hago el esfuerzo. Tengo la sensación de que llevo demasiado tiempo dedicando mis esfuerzos a cosas que deberían ser secundarias, mientras desperdicio mil ocasiones para transformar mis días en una experiencia real y sincera. Es como si, involuntariamente, hubiese decidido cosas que no me convienen y me hubiese volcado en hacerlas realidad, aun sabiendo positivamente que no son de verdad y que no lo conseguiré.
Con todo el esfuerzo que hago en intentar ser quien quiero ser, he dejado de ser lo que soy. Y no estoy muy seguro de querer eso. La verdad es que no estoy muy seguro de querer algo. Ni siquiera leer y escribir. Ni siquiera estar delgado. Ni siquiera ser inteligente.
Se me han escapado las cosas de las manos y ahora no puedo controlarlas. A ver como me las apaño para arreglarlas, pero o me relajo o me muero.
Hasta pronto.