Ese blog era tan parte de mi, que tuve que abandonarlo de una vez por todas cuando me di cuenta de que cada palabra que escribía en él, era una especie de cuchillo con el que me arrancaba parte de lo que era. Jesús Jerónimo se iba empequeñeciendo poco a poco, reducido a carne sanguinolienta debajo del peso de las palabras del puto Cielo Vacio. Un buen día cerré la puerta y nunca miré atrás. De vez en cuando recuerdo muchas cosas de aquel entonces, pero me enorgullezco de decir que mi vida ahora es mas plena y real que cuando fantaseaba con matarme una y otra vez. Dejé tantos cadáveres en la cuneta entonces que ni siquiera me atrevo a mirar hacia atrás y contarlos. Sacrifiqué a mucha gente en el altar de mi soberbia.
Una vez escribí en este sitio: "Demasiado Leonard Cohen" para intentar expresar como me sentía en algún momento particular. Aún recordaba esa frase. Y hoy, por fin, llega el día en que ya no puede haber "demasiado Leonard Cohen", porque el viejo Leo se nos ha marchado.
No soy uno de esos estúpidos que piensan que son amigos de sus artistas favoritos, ni voy a dejar flores en un banco o un post it en algún rincón. Nunca entendí a la gente que lloró cuando se marcharon otros.
Y si, sin embargo esta mañana, después de jugar un rato con mi hija (¿podéis creerlo? SOY PADRE. PADRE FELIZ. PADRE ENAMORADO) y antes de desayunar, me he enterado de la noticia y por un momento se me han nublado los ojos. Ha sido solo un instante, después mi cerebro ha dicho que en el fondo ya todos los sabíamos, porque el mismo Leonard se había despedido de nosotros.
Pero lo cierto, es que aunque ahora mismo aún hace Sol y todo eso, el mundo me parece un poco mas oscuro que ayer. Se ha ido un trozo de nuestras vidas, para siempre.
Si, realmente estoy muy triste.
Tampoco me debería extrañar: You Want It Darker, dijiste.
Y yo contesté: Yeah, I do.....