viernes, 27 de febrero de 2009

Insultos desde el Púlpito

A lo largo del día de hoy, en los comentarios de la anterior entrada, un visitante habitual de Cielo Vacío ha sacado los pies del tiesto y ha lanzado una serie de acusaciones contra mi persona, mis neuras y mas cosas que prefiero no repetir ni copiar aquí, que realmente me han molestado y dolido. Me explico: me importa poco lo que esta persona, no precisamente conocida por ser respetuosa con nadie, pueda pensar u opinar sobre mi vida. Pero creo que transgredir determinados límites  no se debiera hacer jamás de los jamases.

Confieso que mi primer impulso ha sido propio de los Stooges: buscar y destruir. Quería partirle la cara. Así de simple y estúpido soy, la verdad. Algunos amigos cercanos y queridos me han mandado mails indignados, preguntándome si hay alguna manera de hablar con esta persona. He preferido dejarlo estar. Y le pido lo mismo a todo el mundo.

Inicialmente, iba a borrar esos comentarios de mal gusto, pero casi que prefiero dejarlos a la vista pública de todo el mundo. Por mucho que me hayan dolido, que lo han hecho y mucho, que cada cual aguante con su carga. Por supuesto, eso sí, he bloqueado la posibilidad de que esta persona vuelva a poner comentarios. No me apetece darle la oportunidad. Así de claro y simple.

En cualquier caso, y por Periodo de Reflexion la publicación en Cielo Vacio queda suspendida por un tiempo indefinido. 

Por ahora no me apetece seguir escribiendo aquí.

Un abrazo

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