El otro día al salir en un transbordo del metro, una chica salía con una mano delante de la boca y aspecto de encontrarse realmente mal. Se acercó a una de las papeleras, se recogió hacia atrás el pelo y allí vomitó durante un buen rato.
Yo seguí mi camino como si no hubiese pasado nada. Y llevo ya dos días pensando si al menos no debería haberme interesado por como se encontraba.
suena: nada
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