Salgo del cine y la luz de la tarde me ciega por unos instantes. Camino unos metros, pensando en tomar un cafe en algun sitio y entonces sucede: los cielos dejan escapar algo parecido a un lamento y comienza a llover sobre la coleccion de esperanzas y decepciones que constituyen el flujo sanguineo de mi ciudad.
La lluvia dura apenas 10 minutos pero empapa todo cuanto a mi vista se ofrece. Huele a humedo y de repente parece que respirar es mas facil. Enciendo un cigarro y sigo caminando. Ninguno de los transeuntes se ha dado cuenta.
Pero acaba de empezar el resto de mi vida.
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