lunes, 22 de marzo de 2010

Destrozos

Lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Tendría yo unos 20 o 21 años y me había quedado el fin de semana solo en casa, creo que mis padres se habían marchado al campo o algo parecido. A mi me encantaban esos escasos días donde podía estar un poco a mi aire y sentir siquiera cinco horas de soledad.

A eso de las ocho de la tarde, hacía muchísimo calor ese día y recuerdo que yo estaba en bañador. Solo bañador. Decidí hacerme algo de cenar y fui hacia la cocina. Cuando fui a abrir la neverase cayeron un montón de cosas de los estantes. Entre ellas un cartón con huevos que se rompieron inmediatamente al chocar con el suelo. Todos. No quedó ni uno. Ignoro que fue lo que me sucedió en ese momento, juro que no estaba (aún) ni deprimido, ni especialmente triste. Pero no lo pude controlar: viendo aquel desastre tuve un ataque de histeria brutal. Me puse a llorar como un poseso. Eran unos acceso de llanto tan tremendos que ni siquiera podía respirar. Creo que estuve a punto de desmayarme, no exagero. Apenas podía respirar.

Aquello duró aproximadamente media hora. Tuve que sentarme en el suelo, al lado de toda aquella suciedad hasta que conseguí retomar el control de mi mismo. Fue una sensación tan repentina, inesperada y brutal que no conseguía comprender que me estaba pasando. Un momento de los que dejan huella. Pero, al fin, conseguí recuperarme y tomar de nuevo el control. Me puse de pie, recogí el desastre y me di una ducha. Por la noche imagino que salí con mis amigos por ahí y todo fue completamente normal. Ni siquiera recuerdo que hice, así que me imagino que no sería nada especialmente relevante. Pero nunca he sido capaz de olvidar esa tarde y a menudo me pregunto que es lo que me sucedió, que me diablos me salió de dentro para deprimirme de forma tan profunda y repentina.

Esta noche, cuando iba a hacerme la cena, ha vuelto a suceder. Casi 20 años después.
A veces no logro entender qué demonios es esto que llevo dentro.

Cielo Vacio

No hay comentarios: