miércoles, 30 de junio de 2010

Chris Isaak

Es el año 2010. Ha pasado tanto, tantos años, tantos conciertos. Me siento solo en una fila desierta. Algun estupido partido de futbol ha evitado que la gente llene este concierto. Su problema: ignoro que problema debes tener para elegir algo así sobre una experiencia como esta.

Y solo en mi fila me quedo absorto en este hombre, venido de tierras lejadas y su capacidad de hacerme sentir tanto. Dividido entre el asombro y las lágrimas no puedo mas que mirar y escuchar, mirar y escuchar. Hay algunos que se bajan corriendo y se apalancan delante del escenario. Mas cerca del idolo. Yo no. Yo me quedo quieto y solo en mi sitio. Y me siento como si esta noche Chris solo cantase para mi. Y van cayendo una tras otra. Las canciones que me han acompañado toda la vida.

Llega Blue Spanish Sky. Tan intenso, tan real, tan descarnado como uno podría esperar. Echas de menos la trompeta y los coletazos de desesperación que la acompañan. Pero a estas alturas todo da igual. Me lleno de nostalgia por una tierra que no conozco y que seguramente jamás veré. Da igual. No hay mas que un cegador cielo azul al que miro cuando me has abandonado para siempre. Nuestro mundo ha cambiado, pero yo miro al cielo azul y pienso en ti. Tan perfectamente triste que creo que podría llorar el resto de mi vida.

Y me doy cuenta de que aun, con 38 años y todo el peso del mundo descansando sobre mis débiles hombros, soy capaz de, por un momento, olvidarme de que el hombre es hombre y simplemente escuchar y escuchar y escuchar. Una detrás de otra.

Al acabar el show este desconocido dice "We won't forget this night". Ni nosotros, Chris.
Ni nosotros.

No hay comentarios: