Y de repente, es un domingo por la mañana, lleno de sol y luz, en medio de octubre, el único mes supuestamente mas triste que noviembre. Y estoy sentado en la hierba, y veo a T. correr de un lado a otro. Corre simplemente porque quiere correr, porque es el momento de correr, porque PUEDE correr. Creo que ahi ha sido cuando me he dado cuenta de que le quiero. Que raro es todo. Y una voz me habla al oido y me abrazan por detrás y yo me quedo mirando las carreras de un lado a otro de T. Y sin querer, salgo disparado y corro y corro y corro y corro...y huyo de Cielo Vacío, de Jesus Jeronimo, del mundo que me duele, de las noches sin sueño. Corro y corro y corro mas que nunca. Mas lejos de lo que nunca pensé que podría correr. Y sin embargo, sigo sentado y la voz dulce me sigue hablando y me sujetan los brazos, que manos tan suaves, y yo estoy allí y a la misma vez estoy batiendo todas las plusmarcas del mundo en velocidad. El mundo empieza a dar vueltas y vueltas y mas vueltas y pienso que me mareo, pero no me mareo. Simplemente me quedo sentado, mirando los árboles pensando en mi. Y de nuevo, en medio de octubre, que mes mas triste, se llena todo de luz y de planes. Y todo cambia. Y huele bien, y es una mañana de luz y de color. Llena de luz y color. Y me doy la vuelta y sigue oliendo bien.
Y entonces se acaba esta historia. Porque lo que viene ahora es nuestro baile. Y no pienso medirlo en nubes negras, ni blancas. No mediré nada. Solo quiero que bailemos. No se como acaba la historia: en un segundo he cambiado tanto que hasta he perdido la impaciencia. Solo quiero estar aquí y ahora. Siempre, en todos los segundos, aquí y ahora. Presente donde quiero estar y no ausente en un lugar inventado por mi.
Y te lo digo una vez mas: este es nuestro baile. Que nos lleve donde sea, pero promete que daremos muchas vueltas. Y cuando la música pare, que la sigamos escuchando. Y volvamos a bailar. Tu sabes de lo que hablo.
It's been a good ride. Mas de ocho años. La vida y la muerte se han dado la mano delante de mi y yo he mirado siempre donde he querido, siendo consciente de que elegía y como elegía. Quizá no siempre seguro del por qué, siempre seguro del qué. Esta tarde la vida mas pura me ha mordido en la mano. Y ten por seguro que me ha dolido. Muchisimo. Y me ha encantado. Todas las cosas llegan a su fin. Hoy empieza todo. No quiero promesas, no quiero falsas esperanzas. Solo quiero volver a sentirme como el niño raro de entonces. El que se arrastraba por el suelo buscando el mundo de boca arriba. Y ya lo hago. He regresado. Estaba de viaje. Y he regresado. Me quedo conmigo. Sonrío, nos levantamos y volvemos de camino a casa. No, no camino de casa. Regresamos camino a una nueva vida. ¿Quien sabe que sorpresas nos va a deparar? Están ahí, esperando que desenvolvamos el papel y veamos que es lo que contiene. No será un viaje fácil: "los duros siguen caminando cuando el camino se hace duro".
Al volver esta noche a casa he elegido andar un rato por las calles que llevan once años viéndome pasear arriba y abajo. Y os juro a todos, a ti y a ti y a ti y a ti....al levantar la vista, lo he encontrado: allí estaba el cielo. Y no estaba vacío.
Estaba lleno de estrellas.
Y entre las constelaciones, con el brillo de las unas y las otras, con el silencio de la noche de domingo, con el ruido amortiguado de las estrellas, con el fragor de la semana laboral acechando triste y rencoroso tras la esquina, me he descubierto lleno de ilusiones. Como era antes. Hace muchísimo tiempo, casi mas del que puedo recordar. Y entonces he mirado de nuevo, y las estrellas se habían reordenado. Hoy empieza el resto de muchas cosas. Y entre todas las luces del cielo, simplemente un mensaje. Escrito expresamente para ti, triste y viejo cielo vacío. Es 24 de octubre de 2010.
Y el mundo gira y gira y gira.
FIN