lunes, 24 de marzo de 2003

Puede que sea extraño, pero esta tarde me he comprado un sacacorchos precioso de metal. No es ningun objeto de diseño italiano ni una de esas cosas que uno ve en tienda supercaras para el hogar, pero un rato despues cuando lo he usado me he dado cuenta de que vivimos rodeados de objetos preciosos, maravillosos. Preciosos por su simpleza y maravillosos por su utilidad.

Un sacacorchos es el ultimo eslabón de una cadena milenaria, que empieza en los viñedos que seguimos haciendo crecer en nuestra Madre Tierra, sigue al pisar la uva, continua con la fermentacion durante meses del vino, su posterior envasado y se culmina al abrir la montaña rusas de sabores y aromas que es una botella de vino

A veces me sigo sorprendiendo de la tremenda variedad de la raza humana. Una raza capaz de inventar por un lado el sacacorchos (y el correspondiente proceso al que sirve de culminación) y por otro las "bombas inteligentes"

suena: Nacho Vegas "Monomanía"

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