Hoy termina el verano. Es el último día de piscina, el comienzo de una nueva temporada. ¿Temporada de qué? Y yo que se.
Y aunque ya hace frío he querido bajar una última vez a la piscina. Y me he quedado muy quieto y solo sentado a este Sol que ya apenas calienta, pensando en este extraño verano. En todas las cosas que me han pasado. He recordado a Patri en esta misma piscina, pidiendo que un día bajasemos a bañarnos por la noche. Pero luego siempre decía que hacía frío, asi que nunca llegó a hacerlo. Este verano yo lo hice por ella, y supongo que por mi.
Y he mirado ese agua, que no es la misma en la que ella se bañaba, pero como si lo fuese. Y se me ha ocurrido pensar que el año próximo será otro agua, y tampoco será el agua en el que ella se bañaba, pero de alguna manera, como en tantos otros sitios, ella ha dejado su huella. Imborrable, inmutable. Ni un millón de cambios de agua se la podrán llevar.
Y cuando he subido a casa, he encontrado encendida en nuestra habitación esa lámpara con nueve luces en forma de estrella que unos días antes de morir colgó anticipando una Navidad que ella jamás disfrutaría. Me he fijado en que tres de esas luces se han extinguido ya y posiblemente con el uso (nunca apago ya esa lámpara, esté o no en casa) el resto las seguirán. Y ese pensamiento me ha puesto muy triste por un momento, aunque he decidido comprar una igual cuando la última luz se apague y ponerla en su lugar. De nuevo, se me ha ocurrido pensar que no será la misma lámpara que ella utilizaba, pero da igual. Su huella seguirá clavada en el centro de mi habitación.
Cuando me he sentado en el sofá, he pensado que quizá no debiera fijarme en las tres estrellas que ya no lucen, sino en las seis que aún alumbran suavemente mis sueños, acompañandolos de la quietud de la respiración sosegada de mi Patri, durmiendo al lado. El aire que ella respiraba no es el mismo que hay en mi habitación, pero su huella si lo es.
Realmente este verano se nos ha escapado entre los dedos. De la misma manera que se apagan las estrellas.
suena: Ainara Le Gardon -Last Of Your Hopes
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