Tocamos en Tulebras. Antes del concierto me siento nervioso, Steve Wynn, nuestro compañero de cartel no es un recién llegado. Lleva mas de 20 años grabando discos y girando por todo el mundo.
Steve y su banda resultan ser un grupo de excelentes personas que nos acompañan, animan y comprenden. Así que salimos a escena tranquilos, concentrados y creo que ofrecemos un buen show. Muy movido y potente. Seguro que cometemos errores, quien no lo hace, pero es un buen show. Acabamos con versiones del Folson Prison Blues (Johnny Cash) y Success (Iggy Pop) y a la gente parece que le ha gustado. Hemos dedicado Suicide Cherry como siempre a Patricia, que está en algún sitio por ahí arriba mirandonos y practicando ese baile tan gracioso que a ella le caracterizaba. Y esa noche si la siento cerca, entre todos los amigos que la recuerdan de manera especial.
Despues de nosotros, Steve Wynn & The Miracle 3 ofrecen un concierto arrasador, intenso, sensacional. Como cada noche. Rock & roll, supongo. Cuando acaban el concierto entre el público, con pie de micro y todo, es fácil darse cuenta de que ellos han triunfado a base de tenacidad y buen hacer. Con modestia y con ganas.
Tras saludar al público y retirarse, un Steve sudoroso me abraza y me dice: "Esto es lo mejor del mundo.". Linda, la espectacular batería del grupo comparte un cigarro conmigo y me dice que ese es el mejor cigarro.
Y yo me doy cuenta de que realmente es bonito ser un músico de rock y dar vueltas por aquí y por allí, girando, girando, girando para conseguir que tu cabeza funcione correctamente.
suena: The Dream Syndicate - The Days of Wine And Roses
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