Anoche, al regreso de un magnífico viaje a Londres, no podía dormir. Así que dediqué mis horas nocturnas a especular con Ella. ¿Donde estará ahora? E imaginé una vida nueva para ella, en algún mundo muy lejano e inaccesible, donde estará haciendo feliz a otra gente con su sonrisa de ángel (la mas preciosa que podais imaginar) y sus gestos de niña feliz.
Pensé que quizá en ocasiones tendrá pequeñas punzadas de melancolía, nostalgia de mi, aún sin ella saber la razón. Porque preferí soñar que ella no estaría pasando el calvario del permanente echar de menos y sufrir por el que estoy pasando yo.
Para ella solo deseo días de colores y una vida suave llena de besos. Incluso aunque no sean los míos.
suena: Ed Harcourt - Strangers
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