Una de las últimas películas que pude ver con Patricia en el cine antes de su marcha, fue 2046. La película, una extraña continuación de la reflexión sobre el amor de Deseando Amar, cuenta la historia del señor Chow tras el triste final de su relación en la película anterior. Ignoraba yo cuando acudí al cine con Patri la cruel broma que el destino nos iba a jugar y como muy pronto yo me convertiría en un nuevo señor Chow, filtrando su modo de ver el mundo y el amor en base a una relación anterior llena de amor, ternura y misterio.
Ayer tuve ocasión de volver a acercarme a 2046. No puedo decir que fuese fácil. Demasiados recuerdos, tanto de aquella tarde con Patri, una de nuestras últimas en Madrid, asi como un parelismo escalofriante de mi vida con la que se muestra en pantalla. Mi bloqueo, mi melancolía, mi rabia, mi desprecio, mi crueldad pintadas en colores pastel en una pantalla de cine. A veces la vida imita al arte y no al revés. Ignoro si algún día podré recuperarme de esta tristeza que aun es dueña de todos mis actos, ignoro si podré evitar que se me salten las lágrimas al escuchar determinadas canciones.
Ignoro todo sobre mi futuro, solo conozco mi pasado. El pasado mas rosa y hermoso que podais imaginar. Lleno de colores, imagenes y caricias. Y ahora, de él, ya solo me quedan los recuerdos y las fotos. Mi propio tesoro me hace llorar.
No quiero que me deje de gustar 2046. Se que será dificil volver a verla sin pensar en aquella tarde de invierno en la calle Goya. Sin pensar en su mano cerrada sobre la mía en el cine. Sin recordar que a la salida compramos algunas tonterías en un VIPS. Tonterías que para ella fueron "muchos regalos preciosos". Cosas de colores.
De colores. Como ella y yo juntos. Joder, ni siquiera podeis imaginar lejanamente como la echo de menos.
suena: OST - 2046
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