He estado dos semanas viviendo una situación límite. Sin ser capaz de dormir, ni de pensar, ni de comportarme como soy yo. En una pesadilla constante, viendome desde fuera, observando como todo lo bueno que encontraba en mi se deslizaba de manera constante por el desagüe de mi prisa, de mi maldad.
He pasado dos semanas odiandome, llorando de impotencia por no poder dormir, paralizado por el miedo a no saber ya quien soy ni donde encontrarme. Lo mas doloroso: he pasado dos semanas pisoteando la herencia que Patri dejó en mi. He pasado quince días arrastrando mi nombre y quien soy por el fango mas negro. Y ni siquiera me he atrevido a contarselo a nadie. Simplemente dejandome llevar, sin luchar.
Y ahora, que escribo estas líneas, solo lo hago para que conste en algún sitio que todo ha terminado. En estas dos semanas los mas locos pensamientos han cruzado mi mente y he estado muy cerca, mas que nunca, de mi propia muerte. He estado tan cerca, me he rozado tan personalmente con mi autodestrucción que me asusta pensarlo.
Pero he sobrevivido. No sin daño, no podría, pero he sobrevivido. He vuelto. Hoy he dormido, hoy he limpiado mi corazón de la basura que he acumulado durante meses y por fin, vuelvo a ser yo mismo. Os juro por lo mas importante que no me permitiré vagar de nuevo por el yermo de mi desesperanza.
Estoy aquí. Y sigo vivo. Y ella conmigo. Lo hemos hecho juntos, patito. Como todo lo demás.
suena: Ben Harper - Cryin' Won't Help You Now...
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