Ay de vosotros, fascistas, católicos convencidos, idólatras masoquistas de figuras quebradas. Carnaza de buitres beatos, cuervos de lo sombrío. Ay de vosotros. Vuestro mundo se acaba. Los hombres follan con quien quieren, las mujeres chupan pollas (tantas como desean) y los jóvenes prefieren morir bebiendo que defendiendo la fe que vuestros párrocos abusadores de menores predican sin por supuesto dar el mínimo ejemplo a nadie. Vuestras mitras de plata, vuestros anillos de oro, copas de platino serán los ornamentos de vuestras tumbas sin vida eterna.
Ay de vosotros. Vuestra era llega a su fin. Y con ella, acaba vuestra nefasta influencia, vuestras mentiras, vuestra hipocresía. Odio a Dios, odio al Papa, odio a todos vuestros fantoches vestidos de blanco y rojo, voces roncas y machistas atacando al hombre y ensalzando al fantasma que nadie ha visto. Vuestro aroma me da asco, vuestra imagen me nubla la vista. Arruinais lo que tocais, engañais, vivís de la falsedad y cada semana os golpeais el pecho pidiendo perdón por los pecados que cometeis. Odio vuestros trajes engalanados, vuestra saliva y el fulgor de vuestros templos.
Sois escoria.
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