He vivido con el síndrome de "nadie me entiende" desde que tenía cinco añitos y uso de razón. Desde siempre. A mi me daba la sensación de que yo era un incomprendido y que algún día alguién, quizá un dedo divino, me señalase desde los cielos y me dijese : "no te preocupes, tu tenías razón". Pobre iluso, pobre infelice.
Ahora, como me he hecho mayor he dado con el quid de la cuestión. Resulta que no soy un incomprendido, que va. Soy un incomprensor. Y lo digo porque no entiendo practicamente nada de lo que me rodea: por las mañanas no acabo de entender porque me duele la tripa cada día, no logro entender que hago en el metro, no acabo de adivinar las razones que lleva a alguna gente a apoyar a Esperanza Aguirre, no consigo ver que saca de placer alguién en escuchar a El Canto del Loco (puag!), me cuesta ponerme en el lugar de los que se suben a poner bufandas en las estatuas, no consigo identificarme con las conversaciones sobre la Bolsa que escucho bastante a menudo. Me gustaría salir de esto, pero estoy tan pérdido que ni siquiera se me ocurre a donde ir.
En fin, supongo que da igual.
Mañana en La Pequeña Betty. No se os vaya a olvidar. A diferencia de otras veces, escribiré crónica del concierto.
suena: Metallica - Wherever I May Roam (toma ya!)
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