Este verano duermo solo: me acuesto tarde y agotado casi todas las noches. Agotado de mirarme la cara en el espejo, girandolo a ver si con eso consigo ver de una vez cual es mi puto lado bueno.
Me acuesto tarde y duermo a solas: así consigo tejer mis noches de sueños agitados e inverosimiles, llenos de habitaciones del pasado, llenos de carreras persiguiendo quien sabe qué. Me gustaría recordar algunos, tengo la sensación de que mi rabia solo toma rienda suelta en mis sueños. Y yo, yo estoy lleno de una rabia tensa y cálida. Soy una bomba a punto de estallar, un río a punto de desbordarse. Y mi yo despierto, siempre tan alegre y simpático no me deja explotar....así que tengo recurrir a bajar la guardia y tumbarme un rato a dormir para poder sanarme. Porque toda esta rabia y esta autodestrucción son curativas. Y me despierto por la mañana, cansado, a solas, con un sabor pastoso en la boca y las mejillas sangrantes (¿como puedo morderme tan fuerte y no despertar?). Y entonces paso un día aburrido y rutinario y vuelvo a las 2 de la mañana y a la hora de explotar en sueños.
Es como si nadie en esta puta ciudad me dijese jamas la verdad. Hablo todos los días con diez millones de personas y no hay nadie que me diga ni una sola verdad. Todo son viajes a la playa y caramelos de anís. Me hastío. Me agoto. Y este calor que acabará conmigo.
Cuando cae la noche, me siento mas tranquilo. Me sosiego, fumo, leo, escucho música, toco un poco la guitarra. Me sosiego. Son estos días los que no soporto. Porque llevo meses esperando que pase algo, y hoy por hoy, me aterra pensar que nunca va a pasar otra vez. Y sin embargo, acabo de abrir una puerta a la esperanza. No caeré en la torpeza de decir que a la próxima sabré cambiar a tiempo, nadie es capaz de hacerlo. Siempre caes en la cuenta de que has vuelto a cagarla un minuto tarde. Con eso sigue girando este mundo.
Me estoy autodestruyendo.
Pero no temo: es la única manera que he encontrado de seguir vivo.