miércoles, 21 de julio de 2010

Scream, Dracula, Scream

Te vas haciendo mayor y te das cuenta que el único triunfo que te puedes permitir es el de rendirte. El dejar de aspirar a algunas cosas sin que por ello te tengas que sentir un fracaso total. 

Puedes olvidarte de tu físico, abandonarte. Ya tienes la edad en que eso no importa. Puedes salir con gafas a la calle, da igual si estás guapo o feo. No son mas que unas putas gafas.

Puedes pasar de tu carrera profesional. No es mas que un camino trufado de sinsabores y al final, te olvidarán como se olvida a una mascota que ha sido divertida durante un tiempo, pero a nadie le va a temblar el pulso cuando haya que administrarte la inyección letal. Dirán que es lo mejor para todos. Así que de eso también te puedes olvidar.

Puedes olvidar el sexo. La mayor parte del tiempo ni siquiera te va a apetecer. Y el morbo ya no importa nada, ni la belleza. Puedes pensar que tal vez alguna persona te desea en secreto. Y a lo mejor hasta se masturba pensando en ti. Y con eso ya tienes suficiente para tirar una buena temporada. Te conformas con nada. Porque nada hay que vayas a tener.

Ya no te importa la música. Aceptas que no ibas a ninguna parte con ello. Y te relajas y te transformas y acabas por llegar un día a casa y darte cuenta de que hace semanas que no tocas. Y lo peor de todo es que te da exactamente igual, porque cinco minutos tocando te aburren hasta el hastío. Ya no hay canciones emocionantes, ni solos escalofriantes. Todo suena igual, como si se te hubiesen cerrado los tímpanos.

Descartas leer tanto como antes. Te duelen los ojos, y la espalda, ya no encuentras la postura, ni las ganas, ni la curiosidad. Ya no hay nada que te interese lo suficiente como para hacer el mínimo esfuerzo. Y te imaginas leyendo simples novelas policiacas en lo que te queda de vida. No siquiera el periódico dominical ya logra que hagas un esfuerzo. Dos de cada tres domingos simplemente no lo lees.

Puedes, en fin, renunciar a todo lo que pensabas que eras. No eres ni interesante, ni culto, ni atractivo, ni informado, ni nada. No eres listo, ni eres inteligente, ni eres guapo, ni eres divertido. Así que tu mayor triunfo es verte en el espejo y saber lo que eres.

No eres mas que fachada. Dentro no hay nada.
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1 comentario:

Dani dijo...

<span>Jesús, nadie que te haya conocido mínimamente puede dudar de tu valía, y ello en varios sentidos. </span>