domingo, 16 de noviembre de 2003

El Infierno, y entonces el Cielo

Yo pensaba que me dirigia hacia las puertas del infierno. Cuando el pasado jueves, bajaba el oscuro camino que lleva hacia el edificio Cantarranas, sede de Solidarios para el Desarrollo, solo podía pensar en aguantar firme esa noche, en no desmoronarme, en no desesperarme. Era mi primera noche con Solidarios, la primera noche en la que me echaría a las calles de esta ciudad para llevar un pedazo de pan y una taza de caldo caliente a algunas de las cerca de 8000 personas que cada noche duermen en las calles. Y no solo eso, para llevarles el poco aliento que mi compañía y mi conversación les pudiera hacer llegar.

No juzgar. No quiero ya nunca mas juzgar a nadie mas. No quiero discernir si los motivos por los que todas estas personas duermen a la intemperie, tirados entre cartones o plásticos, son buenos o malos, si podrian salir de esa situación o no. Solo quiero estar alli si me necesitan, solo quiero ver sus ojos mirarme con gratitud y solo quiero oir sus palabras, todos tan locuaces, todos tan poco egoistas, todos tan iguales y sin embargo tan diferentes. No me inspiran lástima, pero quiero ayudarles.

Porque cuando se abrieron las puertas, no me encontré el infierno esperado. Me encontré en la calle de Madrid, la calle mas central y mas visitada de toda España, llena de angeles sin alas. Me encontré la mirada de Pedro, que fue pastor y que no sabe apenas lo que es dormir a cubierto, la de Carmen, con su simpatico mal humor, las palabras de humor de Ishael e Ishram (no se si deletreo correctamente), me encontré a Dori llena de buenhumor a pesar de su dificil situacion. Me encontré como si hubiese ido al pueblo a visitar a mis abuelos.

Podriais pensar que a partir de ahora dedicaré todas las noches de los jueves a llevar pan a los pobres. Pero os equivocais. Lo que haré es acercarme a visitar a algunos amigos. Acercarme al cielo de los mansos. Eso haré.

No solo se lo debo a ellos. Me lo debo a mi.

P.S: Y mil gracias a mi querido Billywild, que me regalado la pieza que faltaba para completar el puzzle de mi vida.

suena: Ryan Adams "1974"

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