viernes, 8 de septiembre de 2006

Incendiarios

Sin aditivos ni colorantes. Asi se presentan Pearl Jam en Madrid, después de 15 años ausentes de nuestros escenario. Y sin ningún tipo de truco, tan solo una aplastante sección rítmica, dos (en ocasiones tres) guitarras y una voz que sobrevuela y campa a sus anchas, triunfan y nos dejan boquiabiertos, felices, incrédulos de lo que acabamos de presenciar. Porque todo es tan perfecto que uno se queda con sabor de boca de club a pesar de haber estado en un recinto enorme. La música reinó anoche en el Palacio de los Deportes, y de qué manera.

Para siempre se queda ya en la retina y en los oídos ese impresionante comienzo, con Betterman, cuya primera estrofa cantó en solitario el público ante la cara de sorpresa y satisfacción de un Eddie Vedder que volvió a demostrar que es uno de los frontman mas carismáticos que pisa un escenario. Su voz, sus gestos y su dominio absoluto del tempo son pasmosos.

Poco importó el resto del setlist. La banda americana ya tiene status de leyenda y cualquier concierto suyo resulta una sucesión de hits, uno tras otro, con intensidad y haciendo lo mas difícil: que esto del rock parezca fácil. Y en medio de eso, la habitual entrega total del público madrileño (cada vez mejor) conjuró todos los elementos para que el de anoche fuese un concierto para recordar, de esos de los que hablaremos en muchos años.

Y es que a veces, solo es necesario escuchar y quedarse callado.

suena: Pearl Jam - Betterman

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