Nací el 16 de mayo de 1972. Eso quiere decir que ayer cumplí 35 años. Si hubiese nacido solo 20 años antes,esos años marcarían el ecuador de mi vida, pero dado que en nuestro magnífico palacio de cristal la esperanza de vida sube y sube, puede que no haya vivido aun la mitad de mis días.
No me quiero distraer: mi infancia fue moderadamente feliz. Típico niño de ciudad pequeña con problemas pequeños y curiosidades grandes. Gafotas en el cole, negado para jugar a las peonzas, las chapas o cualquier cosa que requiriese un mínimo de habilidad. Muy lector. La verdad es que si me pongo a pensarlo no se si fue una infancia feliz o no, lo cual probablemente indique que si lo fue. Las tristezas, como comprendí mucho mas tarde, no se olvidan nunca.
Fui a un instituto que se preciaba de "exigir mucho". Ja. No exigían demasiado, profesores mas bien mediocres en general con alguna excepción honrosa. Tuve alguna novia y mis primeros contactos con la vida y sus ultrajes. Algunos muy muy duros y otros que en su día importaron no dejaron la mas mínima marca. Hice algunos amigos (que aún conservo!!) y me empezó a gustar el rock...y con ello la idea de escapar. No sabía de que o quien y ni siquiera adonde. El objeto era escapar en sí. Con eso bastaba. Creo que me emborraché alguna vez. Y tuve alguna novia. Creo que tenía 17 o 18 años la primera vez que me acosté con una chica.
Universidad de Salamanca. Acné, demasiado acné. Ganas, demasiadas ganas. Estudié Física. Era una de esas Facultades que se preciaba de "exigir mucho". Ja. Panda de hijos de puta mediocres. Salí muchas noches, toqué mis primeros acordes, tuve muchos conocidos y un par de amigos especiales, que siguen ahí. Incluso alguno de esos recien reaparecido. ¿Me enamoré? Es dificil decirlo, a decir verdad no recuerdo gran cosa de aquellos años salvo que seguía vivo y que de vez en cuando me ponía demasiado triste. Sin saber por qué. Debe ser cosa de las hormonas. O del acné, que se yo.....
Trabajé en un par de empresas después. Da igual los nombres y a lo que se dedicaban. Por un tiempo fui capaz de soportar la cultura corporativa y las tremendas bazofias que en nombre de la razón de empresa nos tenemos que tragar. Solo por un tiempo. Ahora lo aborrezco. En esos años conocí lo que significa amar. Amar mucho. Descubrí que para querer debía quererme. Y aprendí a quererme. También a reirme de mi. Crecimiento personal, supongo.
Y ahora, ahora tengo 35 años y ya no sé como sigue la historia. Igual ni siquiera importa demasiado. Bien pensado, la he releído y ni siquiera es una buena historia.
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De regalo, el trailer del nuevo DVD de Bruce.
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