Debería salir a correr todas la mañanas. Despertarme al alba, perseguir las primeras luces vestido con una camiseta gris sudad y llegar a trabajar sintiendome muy bien por haber hecho deporte tan pronto y ser tan cumplidor. Pero no puedo, soy perezoso y ademas odio correr a no ser que me persigan o algo así. Y os diré que odio que me persigan también e intento evitarlo en la medida de lo posible.
Debería leer cosas de provecho. Me paso el día con novelas de poca enjundia, biografías de personajes oscuros y egomaníacos, estúpidos periódicos y revistas de música. Quizá pudiese ser un poco mas inteligente y saber cosas de algo minimamente útil. Podría tener elevadas conversaciones con unos intelectuales que estarían orgullosos de llamarse mis amigos.
Y hablando de eso, podría tener otros amigos. Unos chicos responsables y con los pies en la tierra, trabajadores y laboriosos. Saldría con ellos a tomar el aperitivo cada domingo por la mañana y de vez en cuando quedaríamos para jugar al tenis. Los que tengo ahora, no son así. Quieren ir a conciertos, tocar canciones muy alto, salir por la noche, acostarse con chicas y a veces hasta cometen algun exceso inconfesable. Son muy malos.
Igual, ya puestos, podría cambiar de casa, de zapatos, de color de camisa, borrarme los tatuajes, poner un cuadro en el salón, aficionarme a apostar por Internet, coleccionar relojes antiguos, comprarme un perro, aprender a tocar el violín, acostarme todos los días a las dos de la madrugada, ser director de departamento, militar en un partido político, pagar la renta a tiempo y cocinar flan de postre....
¿Saben que les digo? Creo que soy feliz.
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