jueves, 3 de mayo de 2007

Servicio de Habitaciones

Me gustaba aquel pueblo tanto como cualquier otro. Había conocido a Raquel una lluviosa noche de marzo, cuando me ofreció sitio bajo su paraguas al cruzarse conmigo en un semáforo. Yo dudé internamente, pero acepté su ofrecimiento un instante despues. Algo en su sonrisa me movió a hacerlo. Yo no soy hombre de muchas palabras y mi suerte con las mujeres ha sido moderada si el que la describe es un optimista. Alguien mas racional diría que en ese aspecto mi vida ha sido un desastre. Qué se yo. El caso es que un par de meses despues, Raquel y yo compartíamos cama, comida, facturas, discusiones, televisión y sobre todo, muchos berrinches.

Iba diciendo que me gustaba aquel sitio tanto como cualquier otro. Era una pequeña ciudad tranquila y donde raramente pasaba algo interesante. Una suerte de pequeño cielo en el que unas 25.000 almas pasaban su vida preocupandose de la vida de sus vecinos e intentando que las propias miserias no se viesen demasiado mas allá de las cortinas de sus casas. En aquella época yo trabajaba en una tienda de ropa para profesiones (médicos, enfermeras, mecánicos, etc). La clientela no era demasiado exigente y supongo que se podría decir que aquel era un trabajo tan tranquilo como cualquier otro.

Yo por aquella época bebía mucho mas de lo recomendable. Mis noches al lado de Raquel eran un continuo discurrir de cervezas y vinos que solo paraba cuando uno de los dos tenía que llevar al otro a la cama evitando darle golpes con los muebles. Una delicia de vida, como pueden ustedes ver. Aun así, no puedo decir que yo fuera infeliz.

Creo que no tengo mucho mas que contarles. Un buen día en medio de una de aquellas fenomenales melopeas, cometí una estupidez: salí a dar una vuelta en mi destartalado coche. Y nunca mas volví. Aquella maldita curva se llevó por delante mi vida. No puedo decir que me de demasiada pena haber abandonado su mundo. La verdad es que mi vida fue una mierda.

Pero este puñetero sitio donde vivo ahora si que me ataca a los nervios. Tanta luz agota al mas pintado.

suena: Neil Diamond- Create Me

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