Cuando era pequeño (¿cuantas entradas de CV han comenzado así? debe ser verdad que somos lo que comemos) vivíamos en un piso que tenían un armario empotrado bastante grande. Cuando hacía algo malo, le decía a mi madre "Mamá, he hecho esto y lo otro, ¿me meto en el armario como castigo?" Me encantaba autocastigarme, porque lo cierto es que en aquel armario me encontraba protegido y seguro, sensación que jamás tenía cuando estaba fuera en el mundo real.
Hoy, ya mucho mas mayor, dado que no tengo una madre a la que pedirle castigo por mis desmanes, soy yo el que se castiga por cualquier cosa. Tengo una mente que tiende a hacerme sentirme mal.
Es un verdadero problema.
suena: Bon Iver - The Wolves
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