Son las 3 de la mañana y creo que he bebido un poco de mas y entro en una vieja taberna del barrio del Arenal y me rio como un tonto y de repente oigo tal silencio y me callo porque se que algo pasa. Y todo está oscuro y mis ojos dicen que no quieren enfocarse, porque no hay nada donde enfocarse.....
Y de repente un rasgueo de guitarra que rompe el silencio y allí está, un payo que se pone a tocar. Y como. Y un gitano a mi lado que le llama para que se acerque y se acerca y el gitano cierra los ojos y abre la boca y grita, pero no es grito, canta, como canta, como si el propio cielo se hubiera abierto y la luna se hubiese sentado a mi lado....y el guitarrista toca y toca y yo creo que es como una carrera donde uno sigue al otro y el otro al uno....y entonces se acaba la cancion y veo lágrimas en los ojos del gitano y todo empieza de nuevo, una y mil veces y yo no puedo mas que mirarlos, mirarlos, mirarlos. Mirar esas manos que se deslizan por el mastil sin esfuerzo, a esas uñas largas que lloran de amor. Y pienso que los guitarristas de rock tocamos con un martillo y que ese chaval delante mio con un alfiler, tal es su fineza, tal es su cuidado y su respeto.
Y ahora canta otro y habla de morirse de amor. Y despues vienen más que cantan, que tocan y yo pienso en toda esa gente, que vive siendo parte de su propia historia, con raices, con amor por lo que hicieron sus padres y abuerlos y que yo no tengo raices y que un dia de estos les voy a decir a mis pies y a mi cerebro que se paren y se queden mas de diez segundos en el mismo sitio.....y la musica sigue y sigue y sigue y otro gitano a mi lado me dice que tengo mucha suerte, que ese duende no se ve todos los dias.....
Y yo me quedo pegado a mi pared, incapaz de sentir algo que no sea el flamenco.
suena: nada
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