Querida nena,
Mi casa está llena de mensajes ocultos e involuntarios que me dejaste sin siquiera saber que los estabas dejando. Está llena de tus sombras y de tu luz. De tus ganas de jugar y tus risas. De las cosquillas que te hacía y tu olor precioso. Esto ha dejado de ser un simple piso donde vivir para transformarse en un contenedor del recuerdo intenso de tu paso por este asqueroso mundo. Un mundo que permite que un angel, una juguete, una niña como tu pase en solo 28 miseros años. Que injusto y dramático.
Tus mensajes me llenan de paz, de miedo, de rabia y de amor, de amor, de amor. Te prometo que sigo aquí, escuchando por si me llamas. Necesito tus señales y tus cariños.
Estoy perdido, perdido, perdido, perdido. Perdido. Patri, estoy perdido. Ayudame.
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