lunes, 2 de junio de 2008

Primavera Sound

Tres días de música y trasnochar me han pasado factura, esto es muy cansado y yo cada día estoy mas mayor, pero supongo que ha merecido la pena. El Primavera Sound se celebra en el Parc del Forum en Barcelona, un entorno perfecto para este tipo de eventos, pegado al mar, fresco y sobre todo muy bonito. Pero vayamos al grano..

Nos plantamos allí el primer día, jueves. Pocas tiendas de discos en el festival y muchas barras. La gente viene aquí mas a divertirse que por la música....lo que no quita para que el cartel sea para descubrirse, quizá mas cargado con cosas a descubir que con grupos consagrados. Lo cual lejos de desagradarme, me encanta.

Nos acercamos al escenario Vice (el escenario donde actuan los grupos mas extravagantes) a ver a British Sea Power, una formación mas o menos tradicional, que cuenta con una violinista muy guapa pero a la que no se le escucha nada. Show irregular, todo el escenario lleno de banderas marineras y un grupo a caballo entre los Radiohead mas convencionales y los Waterboys. Nada especialmente reseñable, ni especialmente irritante. Un cinco pelado. Terminado el show, nos pasamos por el escenario RockdeLux donde Public Enemy reinvindica en directo It Takes a Nation Of Millions To Hold Us Back. La verdad es que nunca he entrado demasiado en el rap, pero me llama la atención que esta vez han elegido utilizar instrumentos "reales". Alcanzo a ver batería y guitarra y el show termina con un Fight The Power un tanto irregular y cansado.

Tras la justa parada para poder comer y beber algo y reponer energías en la medida de lo posible, nos volvemos a dirigir al escenario RockdeLux, esta vez ya para uno de los shows que mas expectación causan en el festival: Portishead. Me resulta muy dificil describir la hora y cuarto que se nos vino despues. Absolutamente mágico, intenso, íntimo, emocionante, sobrenatural. La lista de adjetivos para describir un concierto de otro mundo se agota. Los temas de su flamante y oscurisimo Third estuvieron a la altura de los grandes clásicos que también sonaron a gloria. Sonido orgánico, oscuro, brumoso y grumoso, llenos de matices, a destacar que allí había instrumentos reales y muy bien tocados, no hablamos de un grupo de electrónica ni mucho menos si no de una banda que me ofreció el mejor show que he visto este año y que posiblemente veré. El mismisimo Chuck D de Public Enemy salió a rapear con ellos durante la sublime Machine Head. Una barbaridad en todos los sentidos. Me siento muy afortunado de haber estado allí y recordaré el concierto como uno de los mejores momentos de mi vida. Asi de simple y asi de claro.





Despues de tamaño concierto, tuvimo suerte. Decidimos acercarnos a ver a Vampire Weekend, grupo muy de moda en los circulos mas "in" de New York...y a fe mía que acertamos. una curiosa mezcla de new wave con música africana, como unos David Byrne llenos de energía de nuevo. Un concierto divertidisimo, lleno de baile y alegría, ideal para terminar la noche contentos, cansados y con una sonrisa en la boca. Un divertido video para un divertido grupo. Otra suerte.



El segundo día, con algunas incorporaciones, empieza con el caos organizativo del Auditori. Largas colas, horarios incumplidos y empezamos a ver que en general será muy complicado ver conciertos en el auditorio, como desgraciadamente se comprueba al final. Había una histeria especial por ver a Portishead de nuevo esa noche y eso acabó lastrando la jornada. En cualquier caso, conseguimos entrar a ver a Holly Golightly & The Brokeoffs, que en sun línea dieron un concierto muy corto y lastrado por algunos problemas de sonido, pero es que no puedo ser objetivo. Soy fan de estos dos y me encantó. Si veo otra de las simpáticas genuflexiones de Holly, me desmayo. Que gente tan honesta y sincera.

Salidos del Auditorio, nos encaminamos a la ver a la jovencísima madrileña Russian Red, encantadora y muy entrañable, pero que a mi no me acabó de convencer con su intimismo semiacustico femenino. Lo mas destacable es una juventud que promete mucho crecimiento en el futuro, pero hoy por hoy es mas promesa que realidad, por mucho que medio Madrid tenga fundidos los plomos con esta chica. Tras ella, otros madrileños, The Right Ons nos deleitaron con un contundente concierto sudoroso y entregado. Han ganado mucho añadiendo una sección de vientos y toneladas de diversión. Solo se les puede afear un sonido un tanto embarullado y una entrega demasiado grande para no pasar por un tanto artificiosa, pero habrá que estar al tanto. No os los perdais si teneis ocasión.

Tras la primera decepción seria con el tema de los acceso al Auditorio (me quedé sin ver a Nick Lowe, no puedo creerlo!!), nos consolamos con el segundo mejor concierto visto en estos días: The Felice Brothers, un entrañable hatajo de rednecks (juro que uno de ellos sacó una navaja en escena) que nos maravillaron con la sencillez de su puesta en escena y sus canciones. El lado inverso de la moneda: sencillez, intesidad, pasión. Un concierto sobresaliente, mayúsculo y sobre todo tremendamente divertido: el batería andando sobre su instrumento y por todo el escenario, un cantante mezcla de Sean Penn y un granjero de Oklahoma, un orondo acordeonista, un adorable chiflado que tocaba la tabla de lavar y el violín y un tipo ausente que tocaba el bajo mientras miraba a sus compañero con cara de pasmo. Insuperable.


Tras un ratito de Bill Calahan, tan oscuro, serio y formal como sus discos, con buen sonido pero algo frío nos dirigimos a ver a The Sonics, cuarenta años despues de separarse. Y pasó lo que tenía que pasar. La edad no perdona. Los temas estaban allí y aunque alguno sonó mas o menos decente (The Witch en particular) lo cierto es que aquelló se parecía mas a una orquesta de pueblo versionando a The Sonics, errores incluídos. Al acabar el concierto, creo que llevado por el cariño, pensé que no había estado mal, pero no es verdad. Fue bastante malo y una lástima. Intentaré olvidarlo y quedarme con la imagen de unos Sonics jovenes y eternamente gritones. Es de justicia.

Tras cenar algo mientras Bob Mould trituraba a la asistencia escasa con un sonido abrumador y versiones de sus clásicos, nos vemos un par de canciones de unos Devo que son un chiste divertido para empollones y poco mas, y menos 25 años despues...eso sí, mucho enterado por allí que contará los geniaaaales que estuvieron los Devo. Pues nada, con su pan se lo coman. Pude atisbar un trozo pequeño de Man Man, grupo influenciado por Tom Waits y aunque no vi ni cinco minutos me gustó muchisimo. A ver si puedo conseguir algo de ellos.

Un ratito sentados esperando la salida de Cat Power y recuperando energías, esperando poder ver otro de los shows mas anticipados del festival. Que decepción, que tristeza. Chan Marshall, al menos esa noche, no fue lo que se esperaba. Cortísima de voz, bajísima de volumen (llamaba la atención la insistencia con la que reclamaba que la subiesen el micro, mientras ella se limitaba a mal susurrar sus temas) y sobre todo con una actitud un tanto irritante. La banda, como siempre magnifica luchaba con denuedo para tocar lo mas bajo posible y no comerse a la inexistente voz de la jefa. La verdad es que a partir del sexto o septimo tema, me desconecté porque aquello no daba para mas y todo sonaba igual. Al final la americana se quedó tirando flores a los fans de las primeras filas, pero eso no evitó el mal sabor de boca y el descalabro de lo que debió ser un triunfo rotundo. Ni los mas rendidos fans pudieron evitar el mal sabor de boca.

El sábado se presentaba algo menos interesante que el viernes y ya estoy cansado de escribir, asi que resumo:

Buffalo Tom: seguro que hace 17 años eran superoriginales, de hecho tengo algún disco que me gusta y todo eso, pero están mas pasados que el TBO. Suspenso.

LightSpeed Champion: curioso, una mezcla de soul y rock americano a cargo de un negrata con el ssombrero o casco mas extravagante que he visto en años. Algunas canciones me sonaron maravillosamente y otras algo menos. Notable.

Stephen Malkmus & The Jicks: lo esperado. Low fi, low fi y mas low fi. Entrañable, ya que su grupo, Pavement, era uno de mis favoritos en los años 90, pero reconozco que de la misma manera que a otros grupos a este ya se le ha pasado el arroz y a la media hora comienza a hacerse pesado. Mal.

Rufus Wainright: tocó el solito y no lo ví entero. A mi no me entusiasma, aunque reconozco que es un buen showman y un tipo muy simpático. Acabó con su versión del Hallelujah de Leonard Cohen que, esa si, me puso los pelos como escarpias. Bien.

Morente & Lagartija Nick: vaya por delante que no me gusta nada el flamenco...y sin embargo, desde la salida de un majestuoso Enrique Morente ("Buenas noches que tenguemos" dijo), servidor disfrutó c0mo un niño. Al final, sonaron versiones de Leonard Cohen (dos Hallelujah en poco mas de dos horas y diferentes entre ellos). Espectaculo fascinante y muy disfrutable. Sobresaliente.

Shellac: son muy duros, muy duros y mas duros. No resultan divertidos ni melodiosos, ni nada. Solo duros. Aun así, disfrutables si eres de los que gusta de la contundencia y de paso, ver a Steve Albini, que quieras o no es responsable de como suenan muchos grupos que nos encantan. Notable.

Tindersticks: sublimes, contenidos, mágicos y suaves. Creo que la vez que mejor han sonado de las que los he visto. Su nocturnidad me pone mucho. Estupendo show. Notable muy alto.

Animal Collective: no se muy bien que era eso. Parecía un concierto, pero no estoy seguro. Eso si, todo era muy moderno. Me piré a casa que ya era hora. Suspenso bajo.

Y si has llegado hasta aquí, es porque me quieres, asi que te alegrará saber que si: TENGO ENTRADAS DE TOM WAITS!!!!

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