lunes, 30 de junio de 2008

Adios a Danny Feferici

Este es el texto que leyó Springsteen en el entierro de Danny Federici. Ya lo copié en su día en su versión inglesa, pero el usuario Cicely de springsteencorner.com lo ha traducido (mil gracias).

Leyendo, me he vuelto a emocionar.

ADIÓS A DANNY

Dejadme empezar con las historias.

Antes, en el tiempo de los milagros, en que los días frontera en los que "Mad Dog" Lopez y su temperamento metían miedo a la banda, los dueños de pequeños clubes, los civiles inocentes y toda slas mujeres, niños y animales pequeños.

Antes, cuando podías firmar y despedirte de tu vida en el capó de un coche aparcado del NYC.

Antes, justo después de que un joven acordeonista pelirrojo llegara a la cima en la Hora Amateur de Ted Mack y de que él y su madre fueran enviados a Suiza para que aprendieran como se hacen las cosas de verdad.

Antes de que las quemaduras solares salieran en la portada del Time.

Hablo de cuando la E Street Band era una organización comunista! Mi colega, el tranquilo, tímido, Dan Federici, era el creador por sí mismo de algunas de las circunstancias más peliagudas de nuestros 40 años de carrera... Y eso no es fácil de hacer. Tenía a Mad Dog Lopez como competidor... Danny simplemente le superó.

A lo mejor fueron los disturbios policiales en Middletown, New Jersey. Estábamos haciendo una actuación para recaudar dinero para Mad Dog Lopez, que estaba en la cárcel en Richmond, Virginia, por un altercado con unos oficiales de policía a los que habíamos irritado por tocar demasiado tiempo. Danny supuestamente había golpeado a uno de los Marshalls que había subido corriendo al escenario porque habíamos incumplido la ley por... tocar demasiado tiempo.

Mientras yo me quedaba mirando, varios oficiales de policía salieron de debajo de los altavoces y fueron a buscar atención médica. Otro joven oficial se plantó delante de mí en el escenario, moviendo su porra, dándome e insultándome. Miré y vi a Danny, con un gran agente tirándole de un brazo mientras Flo Federici, su primera mujer, tiraba del otro, ayudando a su hombre a resistirse a un arresto.

Un niño saltó del público al escenario, distrayendo momentáneamente al gran agente con los insultos del día. A partir de ahí, el Fantasma Dan Federici desapareció entre la multitud.

Tras una órden de arresto, un mes después todavía no habia comparecido ante la justicia. Le escondimos en varios sitios, pero teníamos un problema... Teníamos una actuación en una universidad de Monmouth. Necesitábamos el dinero y teníamos que actuar. Intentamos sustituirle pero no funcionó. Así qeu Danny, ante nuestra admiración, se echó al frente y dijo que arriesgaría su libertad, tocando.

Dia del concierto. 2000 fans gritando en el gimnasio de la Universidad de MOnmouth. Lo teníamos organizado de forma que Danny no apareciera en el escenario hasta el momento justo en que empezáramos a tocar. Imaginamos que la policía que había allí para arrestarle no lo haría en el escenario durante el concierto, arriesgándose a otro disturbio.

Dejad que os pinte la escena. Danny está escondido en el asiento de atrás de un coche en el aparcamiento. A las 8 menos 5, nuestra hora de comienzo, salgo a por él. Golpeo la ventanilla.

"Danny, vamos, es hora."

Le oigo dcir: "No voy".

Yo: "¿Cómo que no vienes?"

Danny: "Los polis están en el techo del gimnasio. Les he visto y van a pillarme en el momento en que salga del coche".

Al abrir la puerta, me doy cuenta de que Danny ha estado fumando algo y se ha puesto un poco paranoico. Digo "Dan, no hay polis en el techo".

Él dice: "Sí, los he visto, te lo estoy diciendo, no voy a entrar".

Así que utilicé el procedimiento que utilizaría a menudo en los siguientes 40 años a la hora de lidiar con las preocupaciones de mi viejo amigo. Le amenacé. Finalmente, salió. Del parking al gimnasio, y dimos un concierto alucinante durante el que nos reimos como ladrones por nuestra manera excelente de esquivar a los polis locales.

Al final de la noche, durante la última canción, subí a todo el público al escenario y Danny se metió entre ellos y salió por la puerta. De nuevo, El Fantasma Dan había salido (Sigo recibiendo alguna postal ocasional del Jefe de policía de Moddletown deseándonos lo mejor. Nuestras historias están relacionadas para siempre). Y eso, amigos míos, era solo el principio.

Hubo una epoca en la que Danny dejó la banda durante un período duro en el Kansas City de Max, explicándome que lo dejaba para arreglar televisores. Le pedí que lo pensara y volviera luego.

O Danny, en el coche de alquiler de la banda, chocando contra varios coches aparcados tras una noche de entretenimiento, destrozando el parabrisas con la cabeza, pero salvándose de daños mayores por el enorme sombrero de Cowboy que se había comprado en Texas en nuestra última actuación en el oeste.

O Danny, dejando una gran planta de marihuana en el asiento delantero de su coche en una zona de prohibido aparcar. Al coche se lo llevó la grúa. Dijo "Bruce, voy a ir y decir que ha sido robado". Yo le dije "No creo que sea buena idea".

Fue a denunciarlo, y de ahí al depósito sin pasar por casa.

O Danny, el único miembro de la E Street Band que ha sido físicamente expulsado del Stone Pony. Considerando la cantidad de dinero que les generábamos, no era fácil conseguirlo.

O Danny, recibiendo y sobreviviendo a un "asalto preventivo" de un cabreado pero contenido Big Man Clarence Clemons mientras vivían juntos y Danny consiguió sacar de sus casillas a Big Man.

O Danny, ayudándome a sacar mi pie del altavoz de su estéreo tras ser el único miembro de la banda en su historia en lograr provocarme un ataque violento de rabia.

Y durante todo esto, Danny tocó su precioso, lleno de alma, órgano B3 para mí y nuestro amor creció... y continuó creciendo. La vida es así de divertida. Era mi chico de casa, y genial, y por eso piensas... y era mucho más tolerante con mis fallos que yo con los suyos.

Cuando Danny no estaba provocando el caos, era un tipo dulce, con talento, que no daba nada por hecho, nada pretencioso y de buen corazón que sencillamente tenía una increíble habilidad para tener buena suerte y hacer que las cosas en general fueran fabulosamente mal.

Pero más allá de eso, también tenía una montaña de las cosas buenas. Tenía el corazón y el alma de un ingeniero. Aprendió a volar. Siempre estaba al día de la última tecnología y te la explicaba con paciencia y gran detalle. Siempre estaba "mauinando" con algo: su coche, su estéreo, su B3. Cuando Patti se unió a la banda, fue el amigo más considerado, abierto y amable con la primera mujer en entrar en el club de chicos.

Quería a sus hijos, siempre presumiendo de Jason, Harley y Madison, y quería a su mujer Maya por las cosa snuevas que trajo a su vida.

Y luego estaba el artista. Era el musico más intuitivo que he visto jamás. Su estilo era fácil y fluido, llenando los espacios que los otros músicos de la ESB dejaban. No era un músico asertivo, era un músico complementario. Un verdadero acompañador. Proporcionaba de manera natural el pegamento que unía el sonido de la banda. Haciéndolo, creaba para sí mismo un estilo muy específico. Cuando oyes a Dan Federici, no oyes una manta de sonido, oyes un riff, lleno de energía, volando sobre todo lo demás por un momento y luego volviendo al sonido de fondo. El Fantasma Danny Federici. Ahora le oyes, ahora no.

Fuera de escena, Danny era incapaz de seguir una letra o un acorde de una sola de mis canciones. En escena, sus oídos se abrían. Escuchaba, sentía, tocaba, encontrando el agujero perfecto para una nota o un montón de notas. Su estilo creaba una tremenda sensación de espontaneidad en nuestro grupo.

En el estudio, si quería relajar la pista que estábamos grabando, ponía a Danny en ella y no le decía qué tocar. Solo le dejaba suelto. Traía consigo el sonido del carnaval, de la diversión, del paseo de la playa, la playa, la geografía de nuestra juventud y el corazón y el alma del lugar de nacimiento de la E Street Band.

Y entonces crecimos. Muy lentamente. Estuvimos juntos durante muchos juicios y tribulaciones. La respuesta de Danny a un error en el escenario, tiempos duros, eventos catastróficos, solía ser encogerse de hombros y sonreir. Algo así como un "No soy más que un hombre en un mar enfurecido, pero sigo a flote. Y todos seguimos aquí".

Vi a Danny pelear y conquistar algunas adicciones duras. Le ví luchar por arreglar su vida y en la última década, cuando se reunió la banda, sentarse en su asiento tras ese gran B3, lleno de nueva vida y sí, nueva madurez, pasión por su trabajo, su familia y su casa, en la hermandad de nuestra banda.

Finalmente, le ví luchas contra el cáncer sin quejarse y con gran coraje y espíritu. Cuando le pregunté como pintaban las cosas, simplemente me dijo "¿Qué vas a hacer? Miro hacia delante". Danny, el fatalista que miraba el lado bueno. Nunca se rindió hasta el final.

Hace algunas semanas acabamos en el escenario de Indianapolis en lo que sería nuestra última vez. Antes de salir le pregunté qué quería tocar y me dijo "Sandy". Queria coger el acordeón y revivis el paseo de la playa de nuestra juventud durante las noches de verano en las que paseábamos por esas tablas con todo el tiempo del mundo.

Y qué si hemos golpeado tres coches aparcados, es una noche preciosa! Y qué si estamos en busca y captura por el departamento de policía completo de Middletown, vamos a nadar! Quería tocar una vez más la canción que es por supuesto sobre el final de algo maravilloso y el comienzo de algo desconocido y nuevo.

Volvamos a los días de los milagros. Pete Townshend dijo "una banda de rock and roll es algo loco. Conoces a gente cuando eres un niño y al contrario de otros trabajos del mundo, estás atrapado con ellos el resto de tu vida, sin importar quienes son o las locuras que hacen."

Si no tocáramos juntos, la ESB a estas alturas seguramente no se conocería. No estaríamos en esta habitación juntos. Pero tocamos... Tocamos juntos. Y cada noche a las 8 de la tarde, salimos al escenario juntos y ese, amigos míos, es un sitio en el que ocurren los milagros... milagros nuevos y viejos. Y auqellos que habéis presenciado un mliagro, nunca lo olvidareis. La vida no os separa. La muerte no os separa. Aquellos con los que estás que crean milagros para tí, como Danny hacía para mí cada noche, tienes el honor de estar entre ellos.

Por supuesto hemos crecido y sabemos que "es solo ronck and roll"... pero no lo es. Tras toda una vida de ver a un hombre hacer su milagro para tí, noche tras noche, se parede mucho al amor.

Así que hoy, haciendo otra de sus misteriosas salidas, decimos adiós a Danny, el Fantasma Dan, Federici. Padre, marido, mi hermano, mi amigo, mi misterio, mi espina, mi rosa, mi teclista, mi hombre milagroso y miembro de por vida en lo más alto de la rockera, alucinante, conmovedora, brutal, hacedora de amor, rompecorazones, llorosa... y sí, desafiante a la muerte, legendaria E Street Band.


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