Naci y creci en una ciudad donde los mayores cuando salen de paseo justo despues de comer (mas tarde ya hace demasiado frío) se dirigen invariablemente a la puerta de una iglesia para poder leer las esquelas y enterarse de quien ha muerto. Invariablemente tambien, conocen a alguno de los finados y todavía mas inevitablemente se enganchan en una conversación con quienquiera que esté a la puerta de la iglesia sobre las virtudes y sobre todo los defectos del muerto.

Asi que supongo que entendereis que no vuelva alli mas que lo justo para ver a mi familia mas cercana y desembarazarme un poco de este olor a gran ciudad que se me ha pegado encima y no logro quitarme.

suena: Bob Dylan "Precious Angel"