En mi caso, hacía ya 6 años que no me encontraba con el viejo amigo neoyorkino. Asi que mi ilusión estaba muy alta, todo sería como una primera vez. Y así fue. Mis días se llenaron de preciosas calles, de olores a comida. Porque NY no huele ni a asfalto, ni a coches, ni a árboles. NY huele a comida. Carros de perritos calientes, pinchos morunos, comidas exóticas. Gastronomicamente, NY es la viva imagen de si misma: un caldo de cultivo de todo lo que uno se puede encontrar por el mundo.
Y un dolor de cuello. Es casi imposible pasear por Manhattan y no levantar la cabeza cada dos pasos. Mil imágenes te asaltan en cada esquina. Mi primer paseo de noche, nada mas presentarnos allí me permitió disfrutar de la luz. Manhattan por la noche es luz, luz y mas luz. Los que habeis estado allí sabeis de lo que hablo.
Toda ciudad tiene sus símbolos. El problema con NYC es que la ciudad en si misma es un símbolo. Un espejo distorsionado donde se mira la humanidad. Pasear por la ciudad es como dar la vuelta al mundo. Etnias, atuendos, costumbres. Todo ello mezclado y agitado para generar un todo global, indivisible. NYC me hace pensar que si que hay un futuro para nosotros. Cuanto mas apiñados vivimos, mejor sabemos coexistir.
Así que en mi primera noche por Manhattan, deambulo de aquí a allí y me encuentro con uno de esos símbolos. El mítico edificio Empire State building. Luminoso, silencioso. Expectante y yo diria que amenazador. Son tantas las imagenes y recuerdos que conjuran su visión que me es imposible pensar en nada. Solo puedo mirar y mirar a lo alto y hacer alguna foto. La imponente masa me observa desde la noche calurosa (si en NYC hace calor, lo hace de verdad).
Y si, hay cola, es muy típico, hay que esperar un buen rato y pagar 17$, pero no nos podemos resistir a entrar. El caso es que resulta ser mucho mas divertido de lo esperado. Hay que utilizar tres ascensores para llegar hasta el piso en el que se halla el observatorio. Y miles de escaleras mecánicas. Me divierto haciendo algunas fotos del grupo. Esta me gusta especialmente:
Des arriba, a mas de 80 pisos sobre el suelo, apenas se divisan mas que miles de millones de luces que iluminan la ciudad. Uno podría pensar que solo el silencio y el aire que sopla fuerte arriba va a llegar a tus oidos. Pero no es así. El rumor sordo de la ciudad, coches policía, sirenas, helicopteros, frenazos, alarmas...una cacofonía tan visual que llega confundirse con el fulgor de la luz que irradia la ciudad. De repente, caio en la cuenta. Ni un solo ruido humano llega desde ahñi abajo. Las voces de las personas no son tan fuertes como para alcanzar esas alturas. Y la metáfora se hace carne y entonces miro una vez mas y veo el Chrysler building sobresalir con su corona de luces. Estoy rodeado de miles de turistas asomandose, pero me siento tan solo, triste y melancólico. Al final, siempre solo.
Esa noche sueño con la ciudad. Y con Ella. Por primera vez en meses. No es un sueño agradable, es duro y dificil, pero por la mañana, cuando me despierto, prefiero pensar que ella viene conmigo. Cuestión de dolores. Por la mañana me despierto y abro las cortinas de mi hotel. Ya es de día, he conseguido pasar el jet-lag y la ciudad, desde muy abajo, me sonríe con ojos de asfalto. Devuelvo la sonrisa, me ducho y me lavo los dientes. Rutinas.
La Grand Central Station. Otro viejo escenario que me sonrie desde su propia historia. Despedidas, encuentros, muertes, nacimientos que gritan desde sus viejas paredes. Y el Chrysler Building que tan lejano parecía anoche en la inmensidad del cielo estrellado de NYC nos mira desde muy arriba. Sabe que somos de fuera y se acicala para mostrarnos su mejor cara, sun sonrisa de principios de siglo XX. Me encanta esta ciudad.
Transbordamos a Staten Island. Miles de personas van y vienen cada día. La Estatua de la Libertad, soñadora e inquieta, nos saluda brazo en alto desde su pedestal. Es agradable estar allí, es muy divertido poderlo compartir con gente a la que aprecias y que sabes que te quiere. Repentinamente, observando a lo lejos el skyline de Manhattan, reparo en que sonrío. Y es muy importante, porque en ese momento, soy FELIZ. Feliz de estar allí, de estar vivo, de haber regresado, de saber que esa noche veré otro concierto de Springsteen. Orgulloso de haber sobrevivido. Subitamente, siento su mano en la mía, mirando todo aquello conmigo y se que todo irá bien. Ella y su sonrisa no me abandonaran jamas. Son mías para siempre. No hay fuerza en el mundo capaz de arrebatarmela. Disparo una foto mas.
NYC es cristal en un ochenta por ciento. Cristal, sudor y humo. Es un día de sol y todos estamos cansados, sedientos, arrobados. A veces muy callados, impresionados. A veces locuaces, fiesteros. Casi como el pequeño o gran mundo que nos rodea. A mi me gusta el aliento del cristal y me gusta pensar que todo lo que hay aquí contiene todo lo demás. Asi que me quedo absorto mirando reflejos. Reflejos por doquier, llenos de luz, de fragancias. Reflejos de belleza. Alguién muy listo debió pensar que esto algún día sería así. Y no puedo evitar darle las gracias. Por todo.
NYC es ahora mas triste que la última vez que estuve por allí. Se respira por todas partes, es intangible, no huele. Pero continuamente me asaltan recuerdos del día en que el mundo tembló bajo nuestros pies. Los de todos. Aquí no hablo ni de naciones, ni de religiones, ni de política. Que poca importancia tienen todas esas cosas desde la Zona Cero. Casi puedo oir los gritos y las explosiones por doquier. A mi lado, alguien llora contemplando ese sitio donde en un instante se perdieron miles de vidas. Mi ideas políticas pugnan por decir: "os lo estabais buscando, tenía que acabar pasando". Pero solo puedo gritar: "lo siento, lo siento, lo siento.."....y recogerme en el dolor de todas esas personas que aun gritan a mi alrededor, que suspiran por sus recuerdos. Y llevarme una única imagen zona cero. Donde el dolor se junta con la esperanza de que atrocidades asi no vuelvan a suceder. No me importa si me comprendeis. Yo he escuchado gritar a los que se han ido.
Por un momento me pierdo, me quedo solo, no se donde están los demas. Y no importa demasiado. Al menos en este instante. Porque acabaré encontrandolos (así fue) y juntos nos vamos a dirigir a cruzar el río. Desde Brooklyn a Manhattan. Y podré observar de nuevo ese puente antiguo e imponente. Brooklyn Bridge y el paseo que mas recuerdo de mi última vez aquí. Suena a ciudad, a frontera, suena a vida real. Y yo fotografío cada milimetro de su estrucuctura y piso cada una de sus maderas, esperando ya la próxima vez que lo vea.
Subitamente, caigo en la cuenta de que aun no hay ninguna foto que atestigue que yo estaba allí. Que no lo estaba soñando si no que realmente pisaba aquellas calles y me encontraba en ese mundo de ensueño. Asi que pido a un compañero que me fotografie. Y me gusta el resultado. Realmente, nueva york me ha sentado bien, tengo mejor color y buena cara. Y eso es todo lo que importa ese día.
Nos encaminamo ya al Madison Square Garden. Tenemos entradas para ver la presentación en NY del nuevo proyecto de Jefe. Bruce Springsteen & The Seeger Sessions Band. Cansados, emocionados, atentos. Deseando que empiece el show por el que estamos aquí. Y todo marcha como la seda, tanto que en la puerta del mítico pabellón me tropiezo ni mas ni menos que con Marty Rifkin, el pequeño genio que da color a todos los shows de esta gira con su dobro y su pedal steel guitar. Me cuenta que están muy emocionados con la gira y que lo están pasando realmente bien. Que no quieren que termine. Vuelven a Europa en otoño y me pregunta si me gustó el show de Barcelona. Es un tipo locuaz y simpático y yo apenas hablo. Marty me da la mano y se marcha a prepararse para el show. Gran tipo.
Y así, sin comerlo ni beberlo ni estar realmente preparado para ello, me encuentro de nuevo con la magia de Springsteen en directo. Mucho mejor que en los shows en directo de Europa, la banda funciona como un reloj de precicisión y nos regalas una maravillosa actuación. Pero yo me quedo con el inicio, cuando Bruce estrena una nueva canción (American Land) que habla de lo que he experimentado a lo largo del día de hoy. No estoy cerca del escenario, pero no me importa lo mas mínimo. El sonido es casi perfecto, el público mucho menos pasional que en Europa, pero ya nada tiene el mínimo peso. Solo estamos ellos y yo. Y American Land. La nueva canción y su fantástica letra.
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AMERICAN LAND
What is this land of America?
So many travel there, I’m going there while I’m still young
My darlin’ meet me there
Wish me luck my lovely
I’ll send freedom when I can
And we’ll make our home in the American land
Over there the women wear silk and satin to their knees
And children near, the sweets I hear are growin’ on the trees
Gold comes rushing out the river straight into your hands
If you make your home in the American land
There’s diamonds in the sidewalks
There’s gutters lined in song
Dear I hear the beer flows from the faucets all night long
There’s treasure for the takin’ for any hard working man
Who'll make his home in the American land
I docked at Ellis Island in a city of light and spire
I wandered to the valley of red hot steel and fire
We made the steel that built the streets
With the sweat of our two hands
I made my home in the American land
There’s diamonds in the sidewalks
There’s gutters lined in song
Dear I hear the beer flows from the faucets all night long
There’s treasure for the takin’ for any hard working man
Who'll make his home in the American land
The [..], the Smiths are [..]too
The Blacks, the Irish, the Italians, the Germans and the Jews
[..], [..], the Asians, the Arabs miles from home
Come across the water with the fire down below
They died building the railroads
Worked their bones and skin
They died in the fields and factories
And they’ve scattered in the wind
They died to get here a hundred years ago,
They're dying now
The hands that built the country we're always trying to keep down
There’s diamonds in the sidewalks
There’s gutters lined in song
Dear I hear the beer flows from the faucets all night long
There’s treasure for the takin’ for any hard working man
Who'll make his home in the American land
Who'll make his home in the American land
Who'll make his home in the American land
Y todo lo demás podrá esperar. Hasta otro día, amigos.
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