Hace hoy cuatro años yo estaba en Milan. Un Milán duro y veraniego, lleno de fans, a punto de asistir al último acto europeo de Bruce Springsteen acompañado de la mítica E Street Band. Ya he contado en algun momento esta historia, asi que prometo no repetirme. Por muchas ganas que tenga. Fue un gran fin de semana, rodeado de amigos, de abrazos, de besos, de risas y de kilómetros en coche y en avión. Aquella noche, cuando Springsteen y sus amigos (los nuestros) cerraron el show nos prometimos ir a muchos mas shows, donde quiera que fuesen. Verle una y mil veces mas.
Al día siguiente, 29 de junio, regresamos todos juntos a Barcelona y esa era la noche Rolling Stones. Yo estaba muy nervioso, porque por unos u otros motivos nunca había estado en un show de los Stones. Fue un gran concierto también. Allí metidos en medio de esa tremenda marabunta disfrutamos de una cálida noche de rock and roll. Y nos prometimos que si había una futura gira de los Rolling (siempre parece la última), allí ibamos a estar.
La historia es una amante traidora que cuando menos te lo esperas te apuñala por la espalda. Ella falleció tragicamente pocos meses despues y ya nunca podrá volver a ver ninguno de estos artistas. Se fue como llegó, digna como el viento y suave como la brisa.
Y yo he vuelto a ver a Springsteen muchas veces desde entonces...y esta noche cerraré el ciclo volviendo a enfrentarme a Mick & Keith. Y mi vida se ha colocado de otra manera desde aquellos acontecimientos y han pasado ya muchas lunas desde que ella cerró sus ojos...
Pero yo he pensado en cumplir promesas. Y como donde yo voy va ella porque solo su cuerpo se ha marchado, esta noche cerramos promesas. Estará allí conmigo. Siempre a mi lado.
Soy lo que soy. Y lo que queda de ella en este mundo es yo. Y no falto a su memoria. Jamás.
jueves, 28 de junio de 2007
miércoles, 27 de junio de 2007
The Ghost Of Tom Joad
El dolor de la frontera. La muerte buscando la esperanza. El camino lleno de llagas de los inmigrantes a través de las carreteras. Todo eso y mucho mas está contenido en The Ghost of Tom Joad, disco con el que Bruce Springsteen sorprendió a propios y extraños a finales de 1995. Este no es un disco de rock. Es un disco de folk. No hay gritos en él, aunque pongas tu equipo al máximo volumen no molestarás a ningún vecino. Springsteen mas que cantar nos susurra al oido historias íntimas y trágicas, como sacadas de un libro. Influenciado por Las Uvas de La Ira (mas por la película que por el libro) y puesto en actualidad en el paisaje silencioso de la frontera entre Mexico y USA.
Poblado de personajes memorables, la mejor obra desde el punto de vista lírico de un Springsteen en estado de gracia, nos lleva de la mano al infierno humano: desde el vagabundo deseoso de matar en The New Timer hasta el ex convicto en libertad condicional con inclinaciones criminales de Straight Time, pasando por los traicionados trabajadores de Youngstown, descendiendo a los suburbios de Balboa Park, donde los adolescentes venidos del sur de la frontera venden sus cuerpos para comprar drogas. Como siempre, en casi todos los albumes de Springsteen, salvo Nebraska, queda un lugar para la esperanza (Across The Border), aunque más bien parece que esta pueda llegar en forma de muerte liberadora para los torturados personajes que en forma de una consecución de objetivos que parece siempre se escape. De hecho, en Highway 29 el protagonista acaba muriendo, tras una sobrevenida trayectoria criminal. Y ese es el único momento donde el recitado de Bruce trasluce algo mínimamente parecido a la tranquilidad. Escalofriante.
Este no es un disco sobre la vida ni la muerte. Es un disco sobre las fronteras, reales y emocionales, que nos separan a unos de otros. No encontrarás grandes melodías en The Ghost of Tom Joad, salvo por la canción que le da título. Como si de una colección de poemas se tratase, un multimillonario se sumerge en las vidas miserables de los cientos de pobres humanos que se ven obligados a abandonar sus lugares y sale triunfante.
¿Hipocresía? Tal vez. Pero ARTE con letras mayúsculas. Inolvidable. Sientate a escucharlo en mitad de la noche acompañandote de sus letras. Si, eso es la tristeza.
suena: Bruce Springsteen - Highway 29
Poblado de personajes memorables, la mejor obra desde el punto de vista lírico de un Springsteen en estado de gracia, nos lleva de la mano al infierno humano: desde el vagabundo deseoso de matar en The New Timer hasta el ex convicto en libertad condicional con inclinaciones criminales de Straight Time, pasando por los traicionados trabajadores de Youngstown, descendiendo a los suburbios de Balboa Park, donde los adolescentes venidos del sur de la frontera venden sus cuerpos para comprar drogas. Como siempre, en casi todos los albumes de Springsteen, salvo Nebraska, queda un lugar para la esperanza (Across The Border), aunque más bien parece que esta pueda llegar en forma de muerte liberadora para los torturados personajes que en forma de una consecución de objetivos que parece siempre se escape. De hecho, en Highway 29 el protagonista acaba muriendo, tras una sobrevenida trayectoria criminal. Y ese es el único momento donde el recitado de Bruce trasluce algo mínimamente parecido a la tranquilidad. Escalofriante.
Este no es un disco sobre la vida ni la muerte. Es un disco sobre las fronteras, reales y emocionales, que nos separan a unos de otros. No encontrarás grandes melodías en The Ghost of Tom Joad, salvo por la canción que le da título. Como si de una colección de poemas se tratase, un multimillonario se sumerge en las vidas miserables de los cientos de pobres humanos que se ven obligados a abandonar sus lugares y sale triunfante.
¿Hipocresía? Tal vez. Pero ARTE con letras mayúsculas. Inolvidable. Sientate a escucharlo en mitad de la noche acompañandote de sus letras. Si, eso es la tristeza.
Se puede ver aquí (muy recomendado).
suena: Bruce Springsteen - Highway 29
miércoles, 20 de junio de 2007
Tic Tac
Son las siete de la mañana y mi corazón late despacio. Tic. Tac. Tic Tac. Me despierto sin saber realmente donde estoy, hasta caer en la cuenta de que duermo solo en la cama de siempre. El reloj al lado de mi cama sigue latiendo al ritmo de los segundos. Tic. Tac. Tic Tac. Me doy una ducha despacio, con poca agua y mucho jabón, pensando en el día que se viene por delante. Cuando, despues de vestirme entro al baño a revisar mi aspecto en el espejo, me doy cuenta de que he dejado ligeramente abierto el grifo de la ducha, que gotea intermitente. Tic. Tac. Tic Tac.
Viajo en un Metro atestado, pero sorprendentemente no huele mal. Huelo a sueños, a mañanas, a café y remotamente a desodorante. El vagón se bambolea de un lado a otro, emitiendo un crujido rítmico. Tic. Tac. Tic Tac.
Me siento en mi oficina, frente a mi ordenador y reviso algunos números. El Sol entra a veces por la ventana y se refleja por la pantalla. No veo bien, pero no me importa. El Sol es mejor que lo que muestra, así que por un instante me recreo mirando mi imagen reflejada. Mi compañero de mesa, absorto en algún informe, mueve sus pies ritmicamente. Si, otra vez. Tic. Tac. Tic Tac.
Cuando acabo mi jornada laboral, ya casi es de noche. No consigo recordar con claridad nada de lo que hecho en el día y me siento muy cansado. Aun así, me arrastro como puedo a un centro comercial y me compro un par de calcetines, un libro de cocina oriental que probablemente nunca usaré y dos botellas de cerveza para beber despues en casa. Decido regresar andando a pesar de lo cansado que estoy. Por el camino, las botellas se mueven dentro de la bolsa y entrechocan entre ellas. Tic. Tac. Tic Tac.
Por la noche, de nuevo en mi casa tras un día agotador, cierro los ojos. Y siento mi cerebro funcionar, cada conexión neuronal encenderse. Y empieza de nuevo. Tic. Tac. Tic Tac.
Como el rumor de una vida pasando.
suena:Wilco - Reservations
Viajo en un Metro atestado, pero sorprendentemente no huele mal. Huelo a sueños, a mañanas, a café y remotamente a desodorante. El vagón se bambolea de un lado a otro, emitiendo un crujido rítmico. Tic. Tac. Tic Tac.
Me siento en mi oficina, frente a mi ordenador y reviso algunos números. El Sol entra a veces por la ventana y se refleja por la pantalla. No veo bien, pero no me importa. El Sol es mejor que lo que muestra, así que por un instante me recreo mirando mi imagen reflejada. Mi compañero de mesa, absorto en algún informe, mueve sus pies ritmicamente. Si, otra vez. Tic. Tac. Tic Tac.
Cuando acabo mi jornada laboral, ya casi es de noche. No consigo recordar con claridad nada de lo que hecho en el día y me siento muy cansado. Aun así, me arrastro como puedo a un centro comercial y me compro un par de calcetines, un libro de cocina oriental que probablemente nunca usaré y dos botellas de cerveza para beber despues en casa. Decido regresar andando a pesar de lo cansado que estoy. Por el camino, las botellas se mueven dentro de la bolsa y entrechocan entre ellas. Tic. Tac. Tic Tac.
Por la noche, de nuevo en mi casa tras un día agotador, cierro los ojos. Y siento mi cerebro funcionar, cada conexión neuronal encenderse. Y empieza de nuevo. Tic. Tac. Tic Tac.
Como el rumor de una vida pasando.
suena:Wilco - Reservations
lunes, 18 de junio de 2007
La Fiebre
Una nochevieja, hace ya muchos años, bebieron y cantaron hasta casi el amanecer...y las guitarras sonaban como deben sonar las guitarras...
suena: Bruce Springsteen & SSJ- The Fever
miércoles, 13 de junio de 2007
Premios
Felicidades, abuelo Bob Dylan, por tu premio Principe de Asturias. Solo siento que te vayas a tener que estrechar la mano con alguien como nuestro patético príncipe y su penosa familia real para recoger un galardón en reconocimiento a tu monumental obra. También saldrás en una lista en la que figuran fraudes como nuestro castizo y supercool Almodovar.....Pero tu nunca has hecho ascos a juntarte con todo tipo de personas, incluso tocaste para el Papa ante la incompresión de tus fans. Sin que te importase.
Genio y figura. Tus contradicciones me entusiasman. Enhorabuena, viejo.
(ya tenía ganas de tener alguna excusa para poner este supervideo, que incluye frases tan antológicas como no necesitas al hombre del tiempo para saber en que dirección sopla el viento)
suena: Bob Dylan - Subterranean Homesick Blues
Genio y figura. Tus contradicciones me entusiasman. Enhorabuena, viejo.
(ya tenía ganas de tener alguna excusa para poner este supervideo, que incluye frases tan antológicas como no necesitas al hombre del tiempo para saber en que dirección sopla el viento)
suena: Bob Dylan - Subterranean Homesick Blues
martes, 12 de junio de 2007
Sugar Mountain
Ya tenía ganas de hablar de Sugar Mountain, unos chicos de por aquí que hacen rock de por allí...y muy bien. En cualquier momento se os presentan al lado de casa, porque casi siempre andan por ahí, en su furgoneta, buscando donde tocar. Si es así, hazte un favor y no te los pierdas.
suena:Sugar Mountain - Hippie On The Porch
suena:Sugar Mountain - Hippie On The Porch
lunes, 11 de junio de 2007
Memorias de Queens
Hay películas de gran presupuesto que gastan su munición en vender humo. Hay peliculas pequeñas que adolecen de su propia pequeñez. Hay películas medianas que se quedan a medio pelo, no van ni adelante ni hacia atrás.
Y por fin, hay extraordinarias pequeñas películas con vocación de llegar a ser clásicos. Poco importa si son taquilleras o no o si ganan algún estúpido Oscar. Solo importan ellas en si mismas. Así es Memorias de Queens, la mejor película que he visto en muchos, muchos meses. Dura como la vida, tierna como la vida y con mucha vida dentro. Como debe ser.
Puede que aterre y disguste a los típicos críticos gafapastosos que han visto todo y saben todo de todas las películas del mundo mundial. Me da igual. Solo se que yo ayer me emocioné, divertí y lloré con las aventuras en Queens de una panda de chavales desorientados. Y eso no pasa todos los días.
No os la perdais.
Y por fin, hay extraordinarias pequeñas películas con vocación de llegar a ser clásicos. Poco importa si son taquilleras o no o si ganan algún estúpido Oscar. Solo importan ellas en si mismas. Así es Memorias de Queens, la mejor película que he visto en muchos, muchos meses. Dura como la vida, tierna como la vida y con mucha vida dentro. Como debe ser.
Puede que aterre y disguste a los típicos críticos gafapastosos que han visto todo y saben todo de todas las películas del mundo mundial. Me da igual. Solo se que yo ayer me emocioné, divertí y lloré con las aventuras en Queens de una panda de chavales desorientados. Y eso no pasa todos los días.
No os la perdais.
jueves, 7 de junio de 2007
Dublin
(Artículo reproducido también en Point Blank Magazine)
Ya está en las tiendas el nuevo album (2CD+DVD) en directo de Bruce Springsteen, en esta ocasión acompañado de la imponente Sessions Band, un colectivo de 18 músicos al servicio de un Springsteen que se sumerge en las templadas aguas de la música americana tradicional y es capaz de darle un nuevo giro a canciones con cientos de años de antiguedad.
Empezaré por decir que en mi opinión, esta es la mejor gira que ha hecho Springsteen desde el mítico The River Tour de 1980/81. La fuerza de las canciones, los matices que destacan de cada uno de los extraordinarios músicos que forman parte de la banda y sobre todo una sección de viento en estado de gracia, llenando cada tema de soul, componen un sensacional mosaico. Si el album Seeger Sessions era bueno, la gira era mucho mejor.
El DVD en directo refleja precisamente la febril atmósfera de estos shows en directo. Grabado a mediados del pasado noviembre en Dublin, casi en los últimos shows de la gira, muestra a la perfección la potencia que Springsteen había sabido extraer de estos músicos. Durante la gira, Bruce había ido añadiendo poco a poco mas y mas originales suyos trasladados al ambiente musical de la banda, de resultas de lo cual nos queda un perfecto y equilibrado set de 50% versiones y 50% música de Bruce. Es díficil quedarse con alguna de las canciones, pues todas y cada una de ellas lucen con luz propia, la perfecta versión de My Oklahoma Home (mucho mas honky tonk que el el album original y con perfectos vientos), una retrabajada Further On Up The Road y la dulcísima Long Time Coming (carne de gallina) son de las mejores cosas que podemos ver aquí.
El montaje no es sensacional, pero permite disfrutar del show. Por ponerle un pero, demasiados planos cortos y una edición un poco confusa. En ocasiones, apetece poder mirar la labor de alguno de los músicos durante mas de 3 segundos, aunque por contra, refleja el ambiente de locura e improvisación de estos shows. Respecto al sonido, poco que decir, parece que Springsteen poco a poco ha aprendido a producir sus albumes en directo. En Live In Dublin se puede escuchar con claridad a todos los músicos de la banda (sensacional labor de Jeremy Chadzky al bajo) a poco que te pongas.
En definitiva, Live In Dublin es un album muy disfrutable, un gran recuerdo de una gira llena de excelentes momentos. Ahora a esperar al nuevo album con la E Street Band que todo indica estará en el mercado en septiembre/octubre y la última gira con su banda de toda la vida. Bruce sigue sigue siendo the hardest working man in rock business.
suena: Bruce Springsteen - Further On Up The Road
Ya está en las tiendas el nuevo album (2CD+DVD) en directo de Bruce Springsteen, en esta ocasión acompañado de la imponente Sessions Band, un colectivo de 18 músicos al servicio de un Springsteen que se sumerge en las templadas aguas de la música americana tradicional y es capaz de darle un nuevo giro a canciones con cientos de años de antiguedad.
Empezaré por decir que en mi opinión, esta es la mejor gira que ha hecho Springsteen desde el mítico The River Tour de 1980/81. La fuerza de las canciones, los matices que destacan de cada uno de los extraordinarios músicos que forman parte de la banda y sobre todo una sección de viento en estado de gracia, llenando cada tema de soul, componen un sensacional mosaico. Si el album Seeger Sessions era bueno, la gira era mucho mejor.
El DVD en directo refleja precisamente la febril atmósfera de estos shows en directo. Grabado a mediados del pasado noviembre en Dublin, casi en los últimos shows de la gira, muestra a la perfección la potencia que Springsteen había sabido extraer de estos músicos. Durante la gira, Bruce había ido añadiendo poco a poco mas y mas originales suyos trasladados al ambiente musical de la banda, de resultas de lo cual nos queda un perfecto y equilibrado set de 50% versiones y 50% música de Bruce. Es díficil quedarse con alguna de las canciones, pues todas y cada una de ellas lucen con luz propia, la perfecta versión de My Oklahoma Home (mucho mas honky tonk que el el album original y con perfectos vientos), una retrabajada Further On Up The Road y la dulcísima Long Time Coming (carne de gallina) son de las mejores cosas que podemos ver aquí.
El montaje no es sensacional, pero permite disfrutar del show. Por ponerle un pero, demasiados planos cortos y una edición un poco confusa. En ocasiones, apetece poder mirar la labor de alguno de los músicos durante mas de 3 segundos, aunque por contra, refleja el ambiente de locura e improvisación de estos shows. Respecto al sonido, poco que decir, parece que Springsteen poco a poco ha aprendido a producir sus albumes en directo. En Live In Dublin se puede escuchar con claridad a todos los músicos de la banda (sensacional labor de Jeremy Chadzky al bajo) a poco que te pongas.
En definitiva, Live In Dublin es un album muy disfrutable, un gran recuerdo de una gira llena de excelentes momentos. Ahora a esperar al nuevo album con la E Street Band que todo indica estará en el mercado en septiembre/octubre y la última gira con su banda de toda la vida. Bruce sigue sigue siendo the hardest working man in rock business.
suena: Bruce Springsteen - Further On Up The Road
martes, 5 de junio de 2007
KC
Hoy en el comedor comunal de empresa he observado a una de las personas que habitualmente cuida de manera obsesiva su línea y quiero decir OBSESIVA poniendose ketchup en su demacrado filete a la plancha.
Está en todas partes. A todo el mundo le gusta. Todo el mundo sabe que no es sano, todo el mundo lo come. Nadie conoce de que coño está hecho (si, si, ya se que se supone que es sal, vinagre y tomate, pero ¿alguien sabe de que coño está hecho REALMENTE? Porque a mi eso no me sabe a tomate).
El caso es que sin rechistar, todos nos ponemos un poco de ketchup en la mitad de los platos que comemos. Y yo me pregunto por qué. La verdad es que ni siquiera está bueno. De hecho, en algunas hamburgueserías te llenan sus productos de ketchup y mostaza (aún mas asquerosa) sin siquiera preguntarte. Se supone que te debe gustar por defecto. Así son las cosas en este mundo. ¿Nadie ha notado el sabor de boca tan tan tan rarísimo que se te queda despues de comer algo con ketchup? Eso sin contar con que cuando le pones ketchup a algo, olvidate de lo que sea: solo va a saber a puto ketchup.
Pero, albricias, gracias a la siempre útil y molona wikipedia me acabo de enterar que el ketchup es un fluido no newtoniano. Eso quiere decir que cambia su viscosidad en función de cuanto lo agites. Toma ya, eso no lo sabía yo. Un pequeño milagro físico encima de las patatas fritas. Es por eso que hay que agitar el bote como un tonto antes de que el maldito se digne siquiera a asomar y seguramente es la razón de que muchos hayamos adornado nuestras camisas con hermosas formaciones fractales de ketchup. El ketchup es caos. Bienvenido seas, mundo de la ciencia.
Y hablando de todo un poco, algún día os contaré por qué ODIO las patatas fritas, bueno, ahora que lo pienso, os lo cuento ahora. Es porque estuve cinco años comiendo patatas fritas TODOS LOS DÍAS. Comedor universitario, lo llamaban. Patataland lo llamaba yo. Cuestión de nombres, como casi todo en la vida. La historia no da para mas.
Sigo sin saber para que sirve Cielo Vacío y esta empanada mental no va a ayudar a aclararme. Lo que faltaba. Ketchup en la empanada.
suena: Wilco - Impossible Germany
Está en todas partes. A todo el mundo le gusta. Todo el mundo sabe que no es sano, todo el mundo lo come. Nadie conoce de que coño está hecho (si, si, ya se que se supone que es sal, vinagre y tomate, pero ¿alguien sabe de que coño está hecho REALMENTE? Porque a mi eso no me sabe a tomate).
El caso es que sin rechistar, todos nos ponemos un poco de ketchup en la mitad de los platos que comemos. Y yo me pregunto por qué. La verdad es que ni siquiera está bueno. De hecho, en algunas hamburgueserías te llenan sus productos de ketchup y mostaza (aún mas asquerosa) sin siquiera preguntarte. Se supone que te debe gustar por defecto. Así son las cosas en este mundo. ¿Nadie ha notado el sabor de boca tan tan tan rarísimo que se te queda despues de comer algo con ketchup? Eso sin contar con que cuando le pones ketchup a algo, olvidate de lo que sea: solo va a saber a puto ketchup.
Pero, albricias, gracias a la siempre útil y molona wikipedia me acabo de enterar que el ketchup es un fluido no newtoniano. Eso quiere decir que cambia su viscosidad en función de cuanto lo agites. Toma ya, eso no lo sabía yo. Un pequeño milagro físico encima de las patatas fritas. Es por eso que hay que agitar el bote como un tonto antes de que el maldito se digne siquiera a asomar y seguramente es la razón de que muchos hayamos adornado nuestras camisas con hermosas formaciones fractales de ketchup. El ketchup es caos. Bienvenido seas, mundo de la ciencia.
Y hablando de todo un poco, algún día os contaré por qué ODIO las patatas fritas, bueno, ahora que lo pienso, os lo cuento ahora. Es porque estuve cinco años comiendo patatas fritas TODOS LOS DÍAS. Comedor universitario, lo llamaban. Patataland lo llamaba yo. Cuestión de nombres, como casi todo en la vida. La historia no da para mas.
Sigo sin saber para que sirve Cielo Vacío y esta empanada mental no va a ayudar a aclararme. Lo que faltaba. Ketchup en la empanada.
suena: Wilco - Impossible Germany
lunes, 4 de junio de 2007
Tecnología de los Sentimientos
Aun resuena su voz en mi cabeza: "me marcho, no creo que nos veamos mas, mucha suerte, adiós". Como una luz que se apaga, ella salió de mi vida y posiblemente nunca miró atrás. Lejos quedaron los momentos de pasión que fugazmente nos unieron durante algunos meses. Todas las preocupaciones, los vaivenes y los altibajos emocionales se transformaron en hielo y arena que ha caído por un reloj sin que por ello se haya marcado la mas mínima diferencia.
Así que yo seguí viviendo una extraña vida de noches de insomnio y días de sueño. Siempre me he sentido fuera de lugar en casi cualquier parte y mis periodos de vigilia y somnoliencia siguen esa pauta incómoda. Quería dormir todo el día y no podía descansar por las noches. Como les decía, mi vida se transformó en un reloj sin manecillas y sin fecha en el calendario. Durante varios meses simplemente me dejé acosar por los fantasmas del pasado, un pasado que no era mejor que el presente, pero que al menos poseía el valor de lo vivido y no la incertidumbre de lo que vendrá.
Un buen día alguien me habló de un artefacto extraño. Se instalaba detrás de la nevera y te permitía guardar tus fantasmas en la parte mas recóndita del congelador. Me gustó la idea y a los pocos días ya estaba congelando gran parte de mi vida. Envolvía mis congojas en papel de plata y las sepultaba lo mas profundo posible en las fauces blancas de mi refrigerador.
Pasaron meses y tuve que comprar mas aparatos refrigerantes, pues el volumen de los recuerdos que yo quería congelar crecía y crecía. Mis neveras eran el cuarto trastero de mis miserias. Ahí dejaba las cosas de las que me quería deshacer temporalmente, pero no me atrevía a tirar para siempre. Empecé con mi vida en común con las múltiples mujeres que pasaron por mis días sin dejar mas huellas que las de las bofetadas que quisieron darme. Seguí con mi frustrada vida de estudiante, con mis patéticos inicios en el mundo del baile, con las humillaciones que de pequeño sufrí en mi colegio. Pronto me acostumbré a llegar a casa y desembarazarme de cada pequeño suceso que hubiese podido ensombrecer mi día.
Vivía una vida de sosiego. Sabía que cualquier cosa que pasase tenía solución: llegar a casa, envolverla en papel de plata y congelarla para siempre. Era una sensación extraña, eso de poder librarte con tanta facilidad de lo incómodo. Me decía a mi mismo que eso que llaman vivir la vida debía ser otra cosa, pero no podía evitar la comodidad de librarme de manera tan sencilla de todo lo malo.
Esta mañana me levanté y mis neveras se había estropeado. Mis pensamientos y sentimientos, descongelados, chorreaban sangre y vísceras. Olía muy mal en mi apartamento, a lágrimas rancias y sensibilidades perdidas. He perdido toda una vida. Y no me importa.
Esta noche, compraré otra nevera.
suena: Terry Lee Hale - Level 20
Así que yo seguí viviendo una extraña vida de noches de insomnio y días de sueño. Siempre me he sentido fuera de lugar en casi cualquier parte y mis periodos de vigilia y somnoliencia siguen esa pauta incómoda. Quería dormir todo el día y no podía descansar por las noches. Como les decía, mi vida se transformó en un reloj sin manecillas y sin fecha en el calendario. Durante varios meses simplemente me dejé acosar por los fantasmas del pasado, un pasado que no era mejor que el presente, pero que al menos poseía el valor de lo vivido y no la incertidumbre de lo que vendrá.
Un buen día alguien me habló de un artefacto extraño. Se instalaba detrás de la nevera y te permitía guardar tus fantasmas en la parte mas recóndita del congelador. Me gustó la idea y a los pocos días ya estaba congelando gran parte de mi vida. Envolvía mis congojas en papel de plata y las sepultaba lo mas profundo posible en las fauces blancas de mi refrigerador.
Pasaron meses y tuve que comprar mas aparatos refrigerantes, pues el volumen de los recuerdos que yo quería congelar crecía y crecía. Mis neveras eran el cuarto trastero de mis miserias. Ahí dejaba las cosas de las que me quería deshacer temporalmente, pero no me atrevía a tirar para siempre. Empecé con mi vida en común con las múltiples mujeres que pasaron por mis días sin dejar mas huellas que las de las bofetadas que quisieron darme. Seguí con mi frustrada vida de estudiante, con mis patéticos inicios en el mundo del baile, con las humillaciones que de pequeño sufrí en mi colegio. Pronto me acostumbré a llegar a casa y desembarazarme de cada pequeño suceso que hubiese podido ensombrecer mi día.
Vivía una vida de sosiego. Sabía que cualquier cosa que pasase tenía solución: llegar a casa, envolverla en papel de plata y congelarla para siempre. Era una sensación extraña, eso de poder librarte con tanta facilidad de lo incómodo. Me decía a mi mismo que eso que llaman vivir la vida debía ser otra cosa, pero no podía evitar la comodidad de librarme de manera tan sencilla de todo lo malo.
Esta mañana me levanté y mis neveras se había estropeado. Mis pensamientos y sentimientos, descongelados, chorreaban sangre y vísceras. Olía muy mal en mi apartamento, a lágrimas rancias y sensibilidades perdidas. He perdido toda una vida. Y no me importa.
Esta noche, compraré otra nevera.
suena: Terry Lee Hale - Level 20
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