Pensé en los veranos de mi ciudad, cada vez mas áridos e ingratos. En los inviernos donde apenas me apetece salir de mi casa. Concluí que ya solo la primavera me gustaba en el sitio donde vivía.
Todo ello duró menos de un segundo. Después, me asomé a la ventana para fumar un cigarro. La brisa fresca entró en mi salón y me recordó que uno no puede soñar a no ser que también esté dispuesto a correr.
suena: NIN - The Way Out Is Through
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