Se cumplen 25 años del estreno original de Blade Runner, una de las más míticas películas de la historia del cine. En su estreno original contaba con un tonto final feliz que arrebataba a la película gran parte de su hondura y misterio. Error que se vió solventado con el posterior estreno del montaje del director (casi 10 años después!!) con un final mucho menos abierto, donde queda claro que Deckard es un replicante más, y como tal, destinado a ser eliminado como todos los demás.
Todo en Blade Runner es perfecto, desde esa ambientación sensacional en un futuro que no llega jamás hasta las escalofriantes interpretaciones de todos y cada uno de los actores. Resulta dificil pensar en una película con un protagonista mas intenso que el taciturno personaje que interpreta Harrison Ford, en estado de gracia en aquellos años.
Mucho se ha escrito sobre las implicaciones filosóficas del filme y no seré yo quien se atreva a aportar un punto de vista nuevo. Pero Blade Runner no es mas que un vistoso ropaje a las eternas preguntas de ¿quienes somos, a donde vamos y de donde venimos?.
¿Qué son los recuerdos? ¿Que es la mente? Escalofriante.
Si casi todo es bello en Blade Runner, no lo es menos esa sensacional secuencia de culminación en la que muere Roy Batty, el replicante que interpreta Rutger Hauer. Mil veces citada, demasiado sobada según muchos, y sin embargo, posiblemente una de las mejores escenas de la historia del cine. El sonido, la voz, la lluvia, todo es perfecto en ese minuto y pico. La única toma con algo de luz en la película es el vuelo de la paloma hacia un cielo azul tras la muerte del Batty, simbolizando la liberación que supone la muerte y la pérdida definitiva de los recuerdos.
Habré visto Blade Runner al menos 10 veces, pero siempre es un buen momento para volver a ella y acabar muy triste, pensando que en el fondo, no somos mas que lágrimas en la lluvia.
Es tiempo de morir, todos los días.
suena: Pink Floyd - What Do You Want From Me?
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