jueves, 31 de enero de 2008

Pequeñín

Era un niño un poco miedoso. Los niños normalmente tienen miedo a la oscuridad, los fantasmas, las piedras o los extraños. Creo, pero no estoy seguro: hace tanto que no me relaciono habitualmente con niños que se me ha olvidado lo que hacen. Pero yo no tenía nunca miedo de esas cosas. Los fantasmas eran seres interesantes y dignos de estudiarse. Yo recorría los pasillos oscuros muy lentamente, esperando tener la suerte de encontrarme un fantasma. Nunca lo conseguí.

Yo tenía miedo de los niños. Iba a un colegio donde no eran especialmente crueles, o eso creo, pero me aterrorizaban los demás. Estaba el pequeño Luis Miguel, un canijo con una mala hostia pertinaz que nos atizaba a todos sin hacer distinciones de edad ni tamaño. En ese sentido, fue el primer demócrata que conocí: no sacudía a todos sin distinción. Y eso que era el mas pequeñajo (después de mi). Estaban los futboleros, una pandilla de consumados delanteros goleadores que consideraban escoria a cualquiera que no fuese capaz de manejar el balón con soltura. Yo nunca fui capaz de jugar bien al fútbol.


Yo tenía gafas, gafotas, gafotas, gafotas, empollón. No era acusica. No por un sentido del honor arraigado o una discreción sobresaliente, que va. No era acusica porque me daba miedo que me atacasen por chivato. Me daban miedo los demás.

Cualquier pelea la perdía sin remedio: jamás tuve la suficiente mala leche para darle a alguien un buen golpe en la cara o en los huevos. No podía. Aún en las situaciones mas límite era incapaz de pegar a nadie.

Con el tiempo me hice mayor, alto, fornido, atletico quizá. Nunca pude pegar a nadie igualmente, aunque quizá por físico habría sido mi turno. Ademas, albricias, era ROCKER. Tupé, pinta de macarra, sonrisa peligrosa. El enemigo público número uno. Mas inofensivo. Pero a los desconocidos les intimidaba mi aspecto. Que se yo. Gustaba a algunas chicas, y eso a los 14 años importa mucho mas que saber de futbol.

Ahora no soy rocker, no soy atletico, no soy bajito, no soy alto, no soy gafotas, no soy valiente. Visto como uno mas, en los bares nunca me miran las chicas (casi nunca) y mis amigos han cambiado. A veces tengo la sensación de que ahora vivo la vida para que me llevo preparando desde que era pequeño.

Y sin embargo, sigo teniendo miedo al conflicto y a hacer daño a los demás. Por eso, lo que mas me gusta de todo es hacer reir. Que se rían de lo que hago o de lo que me pasa y como lo cuento. Quiero pasarmelo bien. Muy bien. Me lo voy a pasar muy bien.

Que sigan dando vuelta las agujas del reloj, que pienso correr mas que ellas.

suena: Luna - Ride Into The Sun

No hay comentarios: