O sea, la historia es que nos cuentan las cosas y nosotros nos las creemos. Siempre. Vaya, que te dicen que el centro de la Tierra se llama el NiFe porque está hecho de Niquel/Hierro y nos quedamos tan panchos. Total, a ninguno nos pilla muy a mano la bola esa de Niquel/Hierro, como para preocuparnos de lo que sea que está hecha.
Así que nos movemos alrededor de una serie de certezas segurisimas que el sentido común nos dice que están ahí y la verdad es que es un verdadero aburrimiento, creo yo. Porque la verdad es que el mundo sería mucho menos aburrido si no existiesen las certezas: lo mismo cualquier día mandamos una nave tripulada al centro del planeta y nos encontramos que en realidad, este está hecho de gazpacho fresquito o incluso de salmorejo (por aquello de los materiales pesados) y la verdad es que sería bastante mas divertido (además de servir para acabar con el hambre en el mundo, claro).
O también estaría bien que un día, al levantarse por la mañana, uno se encontrase dos soles en el cielo, que vive con 10 compañeros de piso o que la especulación inmobiliaria ha elevado por las nubes el precio de la empanada gallega. Algo así.
Es un rollo esto de que todo sea tan estupidamente lineal. A vuestro servidor las unicas sorpresas que le depara la vida son catarros primaverales, la certeza de que cada vez toco peor la guitarra o incluso la constatación de que pasan los meses y cada vez estoy menos bueno. En serio. Suena egocéntrico, pero ¿quién no lo es?
Así que desde aquí brindo por un cielo de nesquik con leche. He dicho. Y no me mojeis las madalenas en el cielo, que en Francia es de mala educación. Y con educación se va a cualquier parte. O casi. Yo soy muy macarrilla, pero muy educado: es la unica contradicción real que me permito.
Vaya, que soy igual de cierto y previsible que el resto de este aburrido universo que me rodea. Creo.
suena: Bruce Springsteen - Point Blank (ay, que escalofríos me da esto)
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