martes, 15 de abril de 2008

Velocidad

En mi casa, por la noche, suena el agua corriendo. Despierto agitado de un sueño imposible y suena el agua corriendo. Pienso que quizá he dejado un grifo abierto, así que me levanto y compruebo en la cocina y en el baño. Falsa alarma. No hay abierto....y sin embargo, es raro, no se de donde, pero en mi casa suena el agua corriendo.

Vuelvo a la cama y no puedo dormir. Gluc, gluc, gluc. Agua y mas agua. Pienso en un río lejano, quizá de América o mas lejos, que corre y corre y su eco rebota y rebota y acaba llegando a mi habitación. Soy el unico en todo el mundo que escucha el rumor del agua corriendo. Me quedo muy quieto, se está haciendo de día y el agua sigue corriendo. Me acabo por quedar adormilado tras mas de hora y media escuchando el rumor.

Por la mañana, ya no hay agua. Solo un sol estruendoso y maligno que se cuela por mi ventana, maldita costumbre de dormir con la persiana subida. Me despierto. Como siempre, me acerco a la ventana, el vecino de todos los días acecha mi cuerpo desnudo. No me importa. No se si me desea, que me importa. Le muestro mi cuerpo. Me da igual. Si tanto le gusta, suyo es...

Entonces me doy la vuelta y el espejo de mi habitación es un lago de aguas revueltas. Puedo incluso ver a algunos insectos nadar por su superficie.

Me gusta.

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