Yo salía con una chica. La conoci en la Universidad, era uno o dos años mayor que yo y estudiaba lo mismo que yo. Desde que llegue a la Facultad, me fije en ella. Me gustaba su caracter expansivo y su manera de moverse, siempre tan precipitada. Creo que en cierta manera todos nosotros en algun momento nos fijamos en ella por una u otras razones.
Me contó que en un principio se fijó en mi por lo serio que yo estaba siempre. Segun ella, nunca me veía hablar ni relacionarme con nadie en la Facultad. No es radicalmente cierto, pero posiblemente hasta cierto punto tenía razón. Aquella no fue una buena época.
Después nos hicimos buenos amigos, una cosa llevo a la otra y nos fuimos enredando hasta que empezamos a salir juntos. Estuvimos juntos como un año y medio, disfrutando de la compañía que nos dabamos y sufriendo con las ganas de independencia que los dos sentiamos y que eran incompatibles con nuestra relación. Es curioso, eso de dudar de lo que estas seguro.
A ella le llego la oportunidad de irse al extranjero durante un año para acabar sus estudios y en un principio no quería irse, tenía miedo por nuestra relación y por las cosas que podrían pasar. Poco a poco yo mismo le fui animando y metiendole en la cabeza la idea de que era una oportunidad unica en la vida y que debia aprovecharla. Al final, al año siguiente ella partió y yo me quede solo viviendo mi propia vida. Recuerdo que el día que se fue me quede toda la tarde en la habitación, con las persianas bajadas tapando el Sol de septiembre y escuchando la BSO de Blade Runner.
Os podría contar una historia larga de angustias, ausencias y tristeza pero os mentiría. Aunque la echaba de menos, mi vida siguió adelante tal y como si ella no existiese. Dias de poco y noches de mucho. Algunas chicas pasaron por mi vida en ese periodo y nunca las rechace. Simplemente, no me apetecio rechazarlas. Nada de lo que me enorgullezca. Y asi pasaron dos o tres meses. Mi cerebro siempre en algun sitio, lejos de mi cuerpo y mis sensaciones disociadas de mi pensamiento.
Un dia de Navidad ella regresó y vine a Madrid a buscarla al aeropuerto. Me gasté casi todos mis ahorros en el viaje y tuve que dormir en el aeropuerto para poder estar alli a la hora que ella llegaba. Recuerdo estar de pie frente a la puerta por la que ella debía salir preguntandome como de largo tendría el pelo.
Cuando salió nos dimos un abrazo y un beso y hablamos de trivialidades sobre el viaje, el frío, etc.... Creo que incluso tomamos un cafe, que pago ella, porque a mi ya no me quedaba con que pagarlo.
Despues, ella entró al baño y cuando salió noté en sus ojos que había llorado. En ese momento, supe que al día siguiente todo habría terminado para siempre con ella.
suena: Vangelis "OST Blade Runner"
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