Los habitantes de Madrid no conocemos el otoño. Aqui nunca acaba ese tiempo semisoleado y semicalido que se arrastra entre mediados de septiembre y finales de octubre. Las calles no huelen a mojado y apenas hay arboles, por lo que no es posible que todo se cubra de hojas. Como si el verano no se retirase, enferma poco a poco hasta que de repente un día aparece el horrible y crudo invierno.
En otros sitios, en esta epoca empieza a refrescar y te pones jersey por primera vez. Da mucho gustito pasearse por ahí con solo el jersey, un poco triste porque es otoño, pero tristeza de esa que nos gusta. Todo huele a lluvia y a humedad y el fin de semana te das un paseo por el campo y te hartas de comer zarzamoras y de ver paisajes preciosos. Cuando vuelves a casa te tomas un poco de leche caliente y te quedas sentado en el sofa, mirando como el cristal se empapa de agua, intentado que los pies entren en calor. Y a lo mejor hasta te lees un libro y cenas sopa de sobre.
Pero aqui, aqui solo huele a ciudad y a humo. Y el Sol se refleja en los cristales y hace tanto daño que no me deja pensar con claridad.
Y me siento un poco solo, pensando eso de que este va a ser otro año sin otoño para mi.
suena: Sam Lapides "The Only Road"
No hay comentarios:
Publicar un comentario