Es un lugar tan común, que a veces es hasta sonrojante. Siempre hay alguien que te lo dice, eso de que es un pecado mezclar el vino con gaseosa. Y a mi me hace mucha gracia la manera en la que siempre todos hablan del vino: cualquiera pensaría que el puñetero vino está ya consagrado y que es la sangre de Cristo, tal es el respeto que hay que mostrarle. Y se me ocurre que el vino no es mas un zumito de uva envejecido y que si a mi me gusta con gaseosa, pues mejor para mi.
Y entonces me ha dado por pensar en las cosas tan raras que hace mi generación: capaces de poner cara de deleite bebiendonos el inmundo garrafón que nos atizan en el 99% de los locales nocturnos que frecuentamos y pagando por ello. Y sin embargo, a veces somos tan tiquismiquis (mira que me gusta esa palabra, tiquismiquis, quien demonios se la inventaría?) con otras cosas que directamente apesta.
A mi me gusta el vino con gaseosa. Y andaos con ojo, porque como me toqueis las pelotas pongo a dios por testigo que me compro un rioja reserva (así, rioja en minuscula, que no es mas que zumo de uva) y me hago un calimocho y me lo bebo a vuestra salud. Como decía una amiga hace años: "si está bueno con peleón, imagina como está con vino bueno"
suena:Ry Cooder - Paris, Texas
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