La semana pasada por casualidad fui a ver una obra de teatro: 84, Charing Cross Road. Una preciosa obra que narra la intensa y emocionante relación epistolar que se crea entre Helen Hanff, una ávida lectora y escritora neoyorkina de mediados del siglo XX, y un librero de viejo de Londres, Frank Doel.
Una amiga me dejó ayer el libro de la propia Helen Hanff,que inspiró la obra y tiene el mismo título. El libro recoge casi todas las cartas que se enviaron entre ambos a lo largo de un periodo de 20 años. La dulzura de tales cartas (sin ser cartas de amor ni mucho menos) es escalofriante. Es un libro que lee del tirón, sin ganas de que termine nunca.
Me gusta imaginarme a Helen Hanff sentada en su frío apartamento de NYC, devorando libros uno detras de otro y preocupada por recibir los envíos de Frank. Pienso en ella como una mujer de su tiempo, progresista, independiente y despierta, siempre amable pero firme en sus relaciones con los demás.
Helen Hanff murió sin un centavo en 1997, pero nos dejó una obra literaria superior con todas aquellas cartas. Es curioso, durante toda la vida ella se dedicó a escribir, y su mejor trabajo, como ella misma dice en el epílogo del libro, surgió de donde menos podía esperarlo: las cartas que intercambió con un desconocido librero de Londres.
Esta vida es muy extraña, pero son sus propias y desconcertantes casualidades las que le hacen dignas de ser vivida.
suena: Tom Waits - Make It Rain
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