- ¿Cómo estoy? - me decías, envuelta en perfumes, vestida de reina y con corazón de niña.
Y yo me retrepaba en mi sofá azul, ese que sostuvo tus ultimos momentos, te miraba de arriba abajo y me daba cuenta de que la belleza, mi belleza, eras tu. Asi que me limitaba a mirarte mucho rato seguido, siempre fijos mis ojos en ti y a decirte con los ojos que nunca había visto nada tan bonito. Tu te sonrojabas (me encantaba tu sonrojo) y sonreías con cara pícara de niña buena que quiere ser mala y traviesa.
Y entonces te agachabas sobre mi y me dabas uno de tus besos sonoros, como de abuela, como tu decías "besos preciosos de amor verdadero". Y a mi se me enganchaban esos besos en la traquea y se me quedaban allí varias horas, porque no podía tragarlos.
Era algo así como lo que se siente al llorar, pero lleno de colores.
suena: Pearl Jam - Not 4 You
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