Aquella noche no había sido demasiado divertida. Deambulamos juntos de un tugurio a otro buscando una razón que nos sirviese a los dos de excusa para estar donde estábamos, pero no fuimos capaces de encontrarla. La misma música distorsionada en todas partes, las mismas caras abotargadas por el alcohol...y entre nosotros muy poca conversación.
Pero de todas maneras, de forma misteriosa, duramos hasta el amanecer. Sin apenas hablar entre nosotros, nos limitabamos a beber y observar. Y así, mas ebrios que sobrios, nos fuimos a casa cuando las primeras luces teñían de amarillo las mugrientas aceras del barrio de Malasaña. Creo que paramos a comer un bocadillo, no estoy del todo seguro. En aquella época, Madrid aún era un hervidero de nocturnidad y podías comer o beber a cualquier hora sin problemas.
Al entrar en casa, apenas hablamos. Nos fuimos a dormir sin palabras. Dormí un sueño pesado, de resaca y calor, acosado por las mismas pesadillas que llevaban persiguiendome varios meses. Desperté bañado en sudor, rodeado de la sofocante atmósfera de aquella casa en la que siempre hacía calor, fuese cual fuese la estación del año.
Entonces, y solo entonces, tomé una decisión que cambio mi vida para siempre.
suena:Cali - Je m'en Vais
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