El otro día entré en un bar a tomar un caña. Había un señor jugando de manera frenética a la tragaperras y su mujer a su lado, con expresión ausente, mirando como su marido jugaba una partida tras otra. Una tras otra, moneda tras moneda, partida tras partida.
Al marcharme de allí, él seguía jugando. Ella también estaba allí de pie a su lado, tal vez pensando en un cielo de colores y en un mundo sin máquinas tragaperras.
suena:Arcade Fire - Intervention
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