miércoles, 21 de marzo de 2007

Workaholics

Hace muchos años, muchísimos años, el amo de todo se aseguraba de que sus esclavos no abandonarían el puesto de trabajo sujetando una bola de metal negra a los tobillos de los muchos desafortunados que tenían la mala suerte de ir a parar a las plantaciones. Entonces, la gente trabajaba por nada, de sol a sol, sin poder protestar.

Después hubo protestas, revoluciones, manifestaciones, corrió toda la sangre posible y aún mas. Se sucedieron las huelgas, las algaradas, los atentados. Murieron culpables e inocentes. Se incendiaron casas, palacios, estaciones de ferrocarril. Saltaron por los aires sedes de partidos políticos, los anarquistas batallaron con los comunistas, el capital intentó someter a los socialistas, que a su vez calumniaron a los anarquistas. Todo por una gota de dignidad y por una vana esperanza de un futuro mejor.

Entonces el amo de todo vió que el camino podía ser mucho mas sencillo. Vistió a los esclavos con traje y les dió hipotecas y muchas cosas que comprar. En lugar de sucios esclavos, les llamó directores, gerentes, consejeros y cosas similares. Les dió tarjetas de visita con logotipos de colores y les regaló responsabilidades. Con sus responsabilidades bien clavadas en el corazón, los nuevos esclavos retomaron sus tareas con energías redobladas y dieron lo mejor de sí mismos para beneficio del amo de todo.

Pero con eso no bastaba: un buen día el amo de todo se dió cuenta de que echaba de menos aquellas negras bolas de metal e inventó la Blackberry.

Desde entonces, millones de esclavos nos paseamos por el mundo, ufanandonos como imbéciles de la bola de metal que nos impide ser libres.



suena:Social Distortion - Under My Thumb

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